martes, 31 de marzo de 2009

El Arte del Retcon

Retcon, forma corta de retrocontinuidad, o continuidad retroactiva, es un término comúnmente aplicado a los trabajos de ficción en los que se hace referencia a algún hecho pretérito que forme parte del mismo universo ficticio, pero en el que se altera algún suceso o detalle del hecho referido. Por ejemplo, la película Forrest Gump está basada en una novela escrita por el estadunidense Winston Groom, pero en el texto original, Jenny, la mujer del protagonista, no muere, mientras en la cinta sí. Esto no es retrocontinuidad, sólo una libertad que se tomaron los escritores del guión de la película para darle mayor dramatismo a la historia. Sin embargo, lo que pocos saben es que la novela tuvo una secuela, y en ella, Groom, consciente de que muchos conocen la historia más por la adaptación cinematográfica que por la novela original (o quizá sólo para colgarse de la fama de la cinta), basó la secuela en la película y no en su propia novela, de modo que en Gump & Co. (así se llama, lo juro), Jenny, mágicamente y sin explicación alguna, está muerta, cuando en la cronología de la historia no debería ser así. Eso es retrocontinuidad.


Y parece ser que el retcon es todo un arte. Si no me creen, denle una checada al mundo de los cómics. Es más, probablemente ya sepan a qué me estoy refiriendo. A DC le encanta aplicar el retcon y cada que le da la gana, lanza sus ya famosas Crisis, en las que borra personajes y hace como si éstos no hubieran existido jamás, o trae personajes de la tumba, pero sin resucitarlos, simplemente nunca murieron, etc. Un caso particular es el de Jason Todd, el segundo Robin que acompañó a Batman. Pues según tengo entendido, cuando debutó el personaje en 1983, su origen era bastante fofo al ser una calca de la historia de Dick Grayson (el famosísimo primer Robin, el que salía en la serie sesentera y a quien los hispanoparlantes conocemos mejor con ese absurdo nombre de Ricardo Tapia), lo que causó que muchos fans lo odiaran por su falta de identidad. Así que en 1985, en su Crisis en las Tierras Infinitas, resetearon la historia de Jason para convertirlo en un malote, un vagabundo huérfano a quien Batman sorprende ¡robando las llantas del Batimóvil! Dios mío, qué ingenioso (y yo que creí que eso sólo pasaba en la Ciudad de México). Como sea, si antes los seguidores del llamado Caballero Oscuro (u “Orejotas” para su compa el Joker) aborrecían al joven Todd por ser una burda imitación del primer Robin, ahora lo detestarían por alejarse demasiado de la imagen y los “valores” que Robin representa (la lealtad, la amistad y todas esas cosas melosas), por lo que en 1988, apenas un año después de la retconeada, lo mataron cruelmente. Y aquí no termina la historia, el pobre Todd sería retconeado un par de veces más, pero mejor ya le paramos antes de que me confunda más.

Esté… ¿dije que el retcon es un fenómeno que se da en los trabajos de ciencia ficción? Miéntenme la madre, porque les mentí gachamente. Sí, no nos hagamos pendejos, en el mundo real nos encanta aplicar el retcon a nuestras propias vidas y hacer como que nada pasó cuando queremos evitar hablar de sucesos incómodos o vergonzosos. De pronto yo nunca anduve contigo, yo no conocí a esta persona, nunca estuvimos en este lugar… y somos tan hipócritas que no sólo nos lo creemos nosotros mismos, sino incluso los demás actúan como si de verdad esos acontecimientos hubieran sido como realmente los hemos reacomodado en nuestra nueva “continuidad oficial”. Ya sabes, la mentira repetida mil veces se convierte en verdad. Las biografías y autobiografías de gente famosa están llenas de mentiras para ensalsar al susodicho o borrar un detalle que pueda manchar su leyenda, y ya que muchas veces no hay pruebas para refutar los relatos… el pasado es lo más fácil de manipular, créanme; si no me creen, chequen un libro de texto gratuito de historia que date de antes del año 2000, y uno de la actual época panista, y compárenlos; seguramente se impresionarán con los resultados. La historia de México que nuestros abuelos vivieron es distinta de la que nuestros libros nos narraron, y seguramente a nuestros hijos se la contarán de manera diferente también.

Es más, yo mismo he utilizado este método un par de ocasiones, por ejemplo, cuando hace poco en mi hi5 (no lo subí al blog por ser algo muy personal e íntimo –como si algún sitio de internet fuera realmente privado–) hice mi lista definitiva de amores y omití en ella a una o dos de mis antiguas musas por puritita vergüenza. Igualmente, soy testigo de algunas modificaciones que mis viejos amigos han hecho a sus anécdotas del pasado, pero debo admitir que sus nuevas versiones son más divertidas o convenientes que el acontecimiento original, así que con mi silencio (o al seguirles la corriente) doy legitimación tácita a las nuevas versiones. Por lealtad y respeto a esos amigos (y para evitarme pleitos jurídicos) no los balconearé, que quede en las consciencias de ellos (y la mía, por contribuir a la mentira –¡que no es mentira!, es sólo una pequeña retconeada, ¿qué no entendiste nada?–). Ya lo dije, esto de la retrocontinuidad es un arte, y TODOS somos artistas alguna vez.

lunes, 30 de marzo de 2009

¡Bob Dylan tuvo un romance con Julieta Venegas!

A Bob Dylan le gusta lo análogo. Dice que desde que graba sus discos en formato digital (CD), no le gusta cómo suenan (yo lo atribuyo más bien a que cada vez canta peor el ruco). En conmemoración suya escribí la primera parte de este texto a mano. En realidad lo hice porque mi hermana estaba usando la única computadora de la casa, pero como sea, fue divertido volver a usar la pluma como se hacía en los viejos tiempos.

¿Por qué conmemorar a Bob Dylan si lo acabo de hacer hace un par de entradas? Ah, pues porque hoy (30 de marzo) apareció en el website oficial de Mr. Dylan (http://www.bobdylan.com/), para descarga gratuita, la canción “Beyond Here Lies Nothin’”, del que será su siguiente álbum de estudio (el número 33 en su carrera, ni más ni menos), Together Through Life, que aparecerá el próximo 28 de abril. O sea, para ponerlo en términos nice, Beyond Here Lies Nothin’ es el nuevo single, la rola del momento que estará en los oídos de todos al ser programada en la radio y… ah no, perdón. Me emocioné. Olvidé que a Bob Dylan no lo transmiten en la radio.
Lo cual es un completo error, porque la nueva canción está muy interesante. Es un tango (¿tango? ¡pero si Bob Dylan lo que toca es blues!) bastante curioso, con el añadido de llevar por instrumento principal ¡un acordeón! Sí, Bob Dylan tuvo un romance con Julieta Venegas; la tijuanense le cantó al oído “Andar Conmigo”, dejando a Dylan tan atónito y emocionado (excitado sería la palabra, pero a sus 67 años dudo que pueda alcanzar ese estado) que corrió a escribir una canción con sabor latino (whatever that means) y un acordeón que le recuerde a su añorada Julieta. Luego, con esa canción, conquistó a la cantante y se casaron. Fruto del feliz (pero efímero, como suelen ser todas las cosas buenas de la vida) amorío nacieron los 9 hijos (sin contar Beyond Here…, que recordemos, fue creada con anterioridad a la consumación del matrimonio musical) que conforman la familia Together Through Life (título más que adecuado para la historia que acabo de relatar, ¿no lo creen? ¡Qué romántico!).

Así es, aunque no se han liberado más canciones, ya Bob Dylan confesó en una entrevista a Rolling Stone que todo el álbum está dominado por este instrumento. Lo cual por sí mismo hará que el nuevo álbum suene fresco y novedoso (como en 1976 lo hiciera el igualmente curioso Desire, uno de los más exuberantes trabajos dylanianos en lo que se refiere a sonido instrumental, dominado por el violín místico de Scarlett Rivera), no sólo dentro del catálogo de Bob Dylan, sino de la música popular en general (¿qué músico utiliza el acordeón, aparte de la ya mencionada Julieta? Sin mencionar que ella carece de la fama mundial del buen Bobby.), lo cual me hace pensar que si el resto del material es tan bueno como la primera canción mostrada (tan solo en este día me chuté la canción como cinco veces), será una de las cartas fuertes del año, y sin duda una obra refrescante en el panorama actual (¡mierda! ¡Esta reseña dejó de ser fantasiosa y ahora estoy usando las mismas expresiones que Hugo García Michel! ¡Qué miedo!). Y por cierto, el sonido del acordeón obviamente no tiene nada que ver con Chuleta Meniegas, sino con David Hidalgo, de los Lobos. A decir de Dylan, “el acordeón suena como todos esos instrumentos [guitarra, teclados y armónica]. De hecho, desearía haberlo usado más en mis grabaciones anteriores”. O sea que en el nuevo álbum descansaremos de la chillante armónica de Dylan para dar paso al siempre curioso acordeón, y conociendo al señor, estoy seguro que durante sus próximas actuaciones, adaptará sus viejas canciones al nuevo estilo. ¿Cómo sonarán Like a Rolling Stone o Knockin’ on Heaven’s Door con acordeón? La respuesta está en el viento.

Mi vida en una canción: Sexo y Caramelos

A mediados de 2006 a Felipe Calderón le regalaron (porque no es tan inteligente como para robársela él mismo) la presidencia de México y su compa Andrés Manuel López Obrador hizo berrinche porque creía que él sería el que recibiría tan preciado obsequio (como si se lo mereciera el muy iluso).

A mediados de 2006 yo pesaba 89 kilos y decidí someterme a un régimen que aunque me costó lágrimas y sudor (especialmente sudor), me dio salud, condición física y un cuerpo medianamente estético.

A mediados de 2006 los videojugadores del mundo esperábamos con impaciencia el lanzamiento de las consolas Playstation3 y Wii que llegarían en noviembre de ese año, y babéabamos con cada nueva revelación sobre dichas consolas, sin mencionar los orgasmos que venían si se mostraba algún video en tiempo real de algún juego específico.

Pero lo más importante de todo, a mediados de 2006 las Pipettes nos regalaron una obra maestra. Su álbum debut, We Are the Pipettes, es una maravilla de la música actual en mi personal opinión, y uno de los discos más chingones (porque no es un disco cualquiera, es un discazo) de la década. Es como un helado: dulce hasta la médula (¡pero los helados no tienen médula!) y sin embargo jamás te empalaga, lo disfrutas hasta el último momento.

Aunque en apariencia es solo pop fácil interpretado por tres niñas cuyos vestidos parecen envolturas de golosinas, si nos adentramos un poco descubriremos que la música que estos caramelos danzantes (como las llama una amiga mía) interpretan no es nada sencilla: sus ensambles vocales son sumamente complejos para ser sólo tres vocalistas, y funcionan con las melodías presentadas de una manera sencillamente inigualable. Pocos artistas, sea cual sea el género, ponen tanto empeño en sus arreglos vocales, y eso ya es un mérito para estas tres chicas, y un signo de identidad del que pocos pueden presumir. Además de sus talentos vocales, sus arreglos instrumentales y melódicos tampoco son nada despreciables: a pesar de la naturaleza popera de la banda, en sus canciones encontramos movidas guitarras eléctricas, cadenciosos bajeos y baterías ponedoras. A ratos hasta suenan rockeras, gracias a sus músicos de acompañamiento (y los cerebros de la banda, al ser estos sujetos quienes crearon a las niñas Pipettes y componen el material que no escriben las mismas féminas), The Cassettes, una banda de rock indie que incluso podría hacerla por su propia cuenta.

Como hombre debo admitir que al atractivo auditivo que este grupo británico proporciona, hay añadir el visual: ninguna de ellas es fea, y una en particular, Rosay Pipette (Rose Eleanor Dougall, o Rose pa’ los cuates), es uno de los seres humanos más bellos que he visto. Físicamente hablando (la violaría si pudiera… sí, lo haría… si es que antes no me orino de nervios nada más de verla). Es precisamente ella quien lleva la voz principal en Sex, la undécima canción del disco, y mi favorita personal.

¿Por dónde comienzo? Un riff en los tambores sospechosamente muy similar a Be my Baby de las Ronettes da inicio al track, seguido de un suave rasgueo a una guitarra que da paso a la entrada de toda la banda, que ya bien acomodada es seguida por la voz de Rose, que a pesar de su timbre grave da un tono agudo a su garganta en esta canción, otorgando un toque de ternura y sensualidad a una canción cuyo título y letra son meramente sexuales. Las voces que corean tanto durante las estrofas como en el estribillo son de alto contenido erótico (o sea que se sugiere la supervisión de adultos si un menor de edad escucha esta canción), y la frase “rest your pretty head” da cuenta de ello. La canción perfecta para hacer el amor. Y es perfecta porque nunca cae en lo vulgarmente gráfico sino que da pauta a que la imaginación del escucha vuele hasta donde su mente se lo permita. La letra es erótica y la voz dulce; no es una canción para tener sexo, es una canción para hacer el amor (odio esa comparación tan trillada en la literatura barata, pero en este caso encaja perfectamente).

Ya sé que no hay mejor voz que la de tu pareja cuando tienes sexo, pero eso no impide que una canción como ésta sea un gran acompañante para el viaje… supongo, nunca he hecho el amor con esta canción de fondo (pocas personas de mis allegados conocen a las Pipettes, y a nadie de ellos les gustan). Mataría por hacerlo con esa canción. ¡Lo juro!

Ah no, estaba en la canción, ¿verdad? Francamente no tengo muchas palabras para describirla, o más bien para describir su belleza. Pero escúchenla (y olviden lo que dije que haría con esa canción, no vaya a serla de malas…) y verán que lo que les digo es cierto. Esa canción es la verdadera puerta al cielo.

miércoles, 25 de marzo de 2009

Festín

Dicen que las migajas de unos son el banquete de otros. Así que cuando ella dejó caer algunas, me di un gran festín.


Me siento personaje de Woody Allen…

miércoles, 18 de marzo de 2009

Mi vida en una canción: cinco años de Tangled Up in Blue

18 de marzo de 2009. Hoy se cumplen ni más ni menos que cinco años (¡media década!) del nacimiento de la revista escolar Pajarote, que marcara época en la que fue mi escuela preparatoria, la Universidad Hispanoamericana, revista de la cual fui orgullosamente miembro fundador y asiduo colaborador. Mi generación fue la última que se graduó de ahí, antes de que la institución fuera vendida a la UVM. Y nosotros lanzamos la revista en los meses finales de nuestros estudios medio-superiores, por lo que sin duda fue parte del grand finale no sólo de los que fuimos generación 2001-2004, sino de dicha escuela, que tuvo acceso a nuestra publicación. Y no lo digo por presumir ni por enfermiza nostalgia, hablo con sincera objetividad.


Y es que producir y dirigir una revista entre tres personas (mis amigos Fernando “Loko” Mora Mendoza, Ricardo Bragado Salyano y su servidor) que se quedaban en la escuela pasadas las horas de clase para organizar la edición, seleccionar y corregir los textos de los colaboradores, diseñar portadas, imprimir y armar de manera artesanal las copias de la revista, sin mencionar que nosotros mismos escribíamos para Pajarote, es una tarea ardua para alguien que además debe lidiar con sus deberes escolares, que al final del ciclo escolar siempre son pesados hasta la madre. Ah, y por cierto, toda la inversión salió de nuestros bolsillos, porque jamás cobramos un solo centavo por Pajarote, la regalábamos en los patios de la escuela o en nuestros salones de clases. El solo hecho de haberla publicado ya fue un éxito en sí. Y la respuesta fue muy buena, en un par de semanas (la publicación era semanal, aunque en las ocho semanas que quedaban al año escolar sólo pudimos publicar cinco números, por los obstáculos ya mencionados) toda la escuela hablaba de nosotros, alcanzando nuestro máximo nivel de difusión cuando en el segundo número, el Loko publicó un texto muy crítico y con un tono muy agresivo sobre las autoridades escolares que casi nos costó la expulsión a los tres (Bragado se echó un paquetote encima cuando salió a defendernos frente al coordinador de sexto grado); al final, triunfamos y de alguna manera hicimos leyenda en el difunto Hispano. Those were the days.


No sólo es hoy el quinto aniversario de esta revista, sino que además, en ella por primera vez publiqué un texto de mi autoría (aunque desde la secundaria escribía pequeños relatos y textos que pretendían ser convertidos en canciones cuando aprendiera composición musical –cosa que a la fecha no ha sucedido–, pero jamás me animé a mostrar nada de eso a nadie), de manera que además es el quinto aniversario de mi debut como escritor. Media década de textos, y considerando que de un par de meses para acá mi inspiración literaria está pasando por un revival (para no usar el cursilísimo término “segundo aire”), la efeméride debe ser bien conmemorada. Aquel texto llevaba por título “Tangled Up in Blue”, que era el nombre de mi “columna” (entre comillas porque no era una columna, el texto final resultó más largo de lo planeado y abarcó dos planas completas de la revista), y al ser el primer número, expliqué el origen del nombre. Es una canción de Bob Dylan que me traía loquito por esas fechas, ya que fue el soundtrack de mi entonces reciente San Valentín, el cual, como dije hace algunas entradas, se trató del primero que realmente disfruté en mi vida.


Así que mi primer texto publicado fue la crónica de mi San Valentín de 2004, mediante la cual de paso, confesé mis sentimientos hacia una amiga de la prepa (confabulé un sencillo pero efectivo plan para que en febrero ella no notara que lo que sucedió entre nosotros se debía a que yo estaba enamorado de ella), a la postre el último de mis amores que no terminó en tragedia. Hace unas semanas encontré una copia impresa del borrador de ese texto (ya que ninguno de los tres conservó ningún número de Pajarote), y pensé en darle una manita de gato y publicarlo de nuevo como cumbre de esta conmemoración, pero anoche pasé horas buscándolo sin éxito. En cuanto lo halle de nuevo, estará aquí para celebrar mis cinco años como escritor.


Mientras tanto, les recomiendo mucho Tangled Up in Blue, está muy buena la rola y hasta sale en RockBand 2 (y de hecho es la canción más difícil en el apartado vocal, no cualquiera desentona como lo hace Bobby Dylan). Es una chulada. Disfrútenla, que estén muy bien, espero leerlos pronto.
Ah, y también hoy se cumplen dos años del día que casi me estallan los intestinos por andar jugando a ser como Anahí...

martes, 17 de marzo de 2009

El Arcoiris Nocturno del Foro Sol

En uno de sus tantos momentos de egocentrismo, John Lennon declaró: “Yo no escribo ni canto canciones para la gente, escribo para mí, y si acaso, para Yoko a veces”. Por otro lado, Bob Dylan afirmó: “Por supuesto que pienso en mí público; de lo contrario, sólo cantaría canciones de Charley [sic] Patton”. Posturas contradictorias por completo; ¿cuál es la real? No lo sé. Si bien es cierto que el arte es una expresión personal y por ende el único individuo a quien el artista debe convencer y agradar es a sí mismo, por el otro, si quiere trascender, su obra debe impregnarse en el gusto del público, a lo cual debemos agregar que la música en particular es, no sólo un arte, sino también una industria en la que para tener acceso a una obra (léase álbum o concierto), la gente debe desembolsar una fuerte cantidad de dinero, convirtiéndose así en un mero contrato de compraventa o, en el caso de un concierto, en un contrato de prestación de servicios, y como tal, el espectador espera recibir una interpretación que le satisfaga en proporción a lo que pagó. Ahora que si este espectador pagó casi un millar de pesos por su entrada al recital, el show debe ser perfecto.
¿Realmente lo fue? No lo sé. La interpretación de Radiohead el domingo 15 de marzo en el Foro Sol fue simplemente maravillosa, pero cuando todo terminó, me quedé pasmado ante la ausencia de Karma Police, la canción más famosa del grupo (Creep no cuenta porque como todos sabemos, el propio Thom Yorke reniega de ella y la detesta con toda su alma), y una pieza infaltable en los setlist de sus actuaciones en directo. No es mi canción favorita del grupo, ni siquiera del OK Computer, pero ello no significa que no hiciera falta.
De un modo u otro, fue una noche excepcional, desde que a las 6 de la tarde me reuní con mi vieja amiga Alejandra, a quien no veía desde hace exactamente cuatro años (la vi por última vez en febrero de 2005). El camino fue bastante tranquilo para ser la víspera de un día festivo (el puente del 21 –en realidad 16– de marzo) y arribamos al Foro minutos antes de las 8 de la noche. En cuanto dio la hora en punto, las luces se oscurecieron y… ¡madre mía! Desconocía quién abriría el evento, y cuando le pregunté a mi acompañante, ella respondió con frialdad: “Kraftwerk”. Por la tranquilidad con que lo dijo, pensé que se trataba de una broma, pero al ver en el escenario cuatro pequeños teclados sobre unas bases bastante chistosas, características de la agrupación, supe que Alejandra no mentía. ¡Puta madre, Kraftwerk en México y yo ni enterado! Fui bastante afortunado al tener a la leyenda más grande de la música electrónica alemana interpretando para mí, simplemente no lo podía creer.
Para ser sincero, jamás había escuchado una canción que no fuera la archiconocida We are the Robots, pero estaba consciente del peso de los alemanes, y mi amiga me dio una pequeña reseña entre canción y canción. No lo sé, Kraftwerk se me hace mucha banda para ser considerada un simple telonero (su trayectoria es mucho más larga que la de Radiohead, y su trascendencia posee un nivel similar, si no es que superior), de manera que diré que más bien fueron dos conciertos en uno, sin telonero.
Kraftwerk interpretó en sus maquinitas rolas muy buenas, de entre las que puedo ahora identificar Tour de France, The Model y Man Machine, por ser las que más me gustaron. Para ser un neófito en estos sujetos, salí muy bien librado. Me encantó el espectáculo. Los tipos jamás se movieron del punto en el que cada uno se encontraba parado, pero los videos en pantalla eran simplemente hermosos. En Tour de France, imágenes del mencionado tour adornaban las pantallas, con tomas aéreas en las que el camino era recorrido por una línea roja, alternando con montaje de los ciclistas haciendo lo suyo (y con lo que me encanta pasear en bicicleta). The Model nos brindó bello pietaje de cintas europeas de mediados de siglo, a blanco y negro por supuesto. En otras canciones, rostros tridimensionales o animaciones computarizadas de robots bailando, palabras alemanas, francesas e inglesas invadían las pantallas. De lujo. La hora que su actuación duró se me pasó como agua y me dejó con un espléndido sabor de boca. Y fue apenas el comienzo.
Radiohead apareció a las 9:38 según indicaba el reloj de mi celular. Abrió con 15 Steps, la canción que también da inicio a su más reciente álbum, el aclamado (ciertamente más por su poémica forma de distribución que por su calidad artística, aunque también está impecable el disco) In Rainbows. Siendo ésta la gira promocional de dicho trabajo, comenzar tal como lo hace el disco fue algo muy acertado, pero aunque la canción es buena, me pareció que pudo haber iniciado con algo mejor. Como sea, la rola cumplió y todos brincamos de gusto; le siguió There There del Hail to the Thief: los tambores de esa canción en vivo suenan de poca madre, no pude evitar golpear mi pierna al ritmo de esta canción, y los coros… el primer punto alto de la noche.
Escuchar There There me hizo pensar que probablemente interpretarían 2+2=5 del mismo álbum. La esperaba con impaciencia, necesitaba gritar como desaforado “Payin’ attention, payin’ attention!” y desgañitarme de lo lindo. Lamentablemente, me quedé esperando.
Lucky del OK Computer fue quizás la más grande sorpresa de la noche para mí, dado que es mi canción no famosa favorita del grupo, por lo que no pensé que la fueran a tocar. Pero lo hicieron. “¡No mames!”, grité en cuanto reconocí los primeros acordes. Casi sentía las lágrimas correr por mis mejillas cuando Thom Yorke decía con irónica voz desamparada “I feel my luck could change”. Fue ese momento el que hizo mi noche.
Veamos… hubo muchos momentos conmovedores. En especial No Surprises y Fake Plastic Trees, las más cantadas junto con Paranoid Android. Juraría que el Foro Sol lloró con esas dos piezas, himnos noventeros para los desamparados y… y todo eso que Radiohead representa.
El lugar olía a mota. Tan solo enfrente de mí había una señora fumando churro tras churro, y la condenada nunca invitó, por lo que tuve que conformarme con respirar el humo que me llegaba. Junto a ella, una pareja besuqueándose y declarándose su amor en cada canción “sentimental”; sé que cada quien vive la música a su modo, pero, ¿alguna vez han puesto atención a las letras? Ninguna canción de Radiohead es para decirle a tu novia “te amo, mi vida” (para eso están Coldplay y Keane), pero igual, bien por ellos. Detrás de mí, un poser se ligó a dos muchachas de muy buen ver (porque como dice mi mejor amigo, en estos conciertos parece ser que las mejores pieles de la ciudad se reúnen como pieza infaltable de esta clase de eventos) presumiendo sus conocimientos sobre las canciones oscuras de Radiohead. ¡Bah! Yo también me sé Anyone can Play Guitar y Thinking About You del ignorado Pablo Honey y no presumo. De hecho me hubiera encantado escuchar estas dos canciones, la primera para gritar (ya que 2+2=5 brilló por su ausencia) y la segunda para recordar patéticamente a esas personas a quienes serví de escalón y hoy me han olvidado. O al menos para impresionar a las mismas chavas y sacarles algo.
Volviendo a la música, mis dos canciones favoritas del In Rainbows, All I Need y la casi jazzística House of Cards, estuvieron ahí; con la primera contacté a mi hermana para que la escuchara; musicalmente no es la gran cosa pero la letra es engañosamente genial, por lo que escuché la canción quieto y con una sonrisa en la boca. House of Cards la grabé en video (con mi chafísima celular, pero ahí está, para el recuerdo) y se convirtió, hace unos minutos, en mi primer video subido a youtube.

También estuvieron The Pyramid Song y la chingonsísima The National Anthem, que puso a Alejandra y a mí en una especie de trance típico de cualquier rave. Hacia el final de la noche, la cumbre del concierto llegó con Paranoid Android, que no paraban de pedir unos sujetos junto a mí. Seis minutotes de pura música fregona, y 50 mil cabrones cantando con un ímpetu que rivalizó con el del propio Yorke. Obviamente también quedó registrado en video el momento.
Cerraron con Everything in its Right Place y así, a las 11:48 de la noche, exactamente 2 horas y 10 minutos después de haber iniciado, los cinco músicos abandonaron el escenario. “Van a volver para tocar Karma Police y High and Dry”, comentamos Ale y yo. Pero ni madres, encendieron las luces y la música ambiental comenzó a sonar por las bocinas del Foro (como dato curioso, durante los 40 minutos que transcurrieron entre ambos actos, la música emitida era reggae, lo cual no deja de parecerme una elección bastante rara para un concierto de Kraftwerk y Radiohead). No vi mi cara como es obvio, pero supongo que mi expresión debió ser hilarante, a juzgar por los sentimientos que me invadieron en ese instante. “¡Qué poca madre, no tocaron Karma Police!”, repetía incesantemente como un mantra frustrado. Después de un par de minutos pude asimilarlo y sonreír ante la impactante actuación que ofrecieron. Salí satisfecho.
De camino a casa, Alejandra me dijo risueña: “Con la suerte que tenemos, no me sorprendería que mañana sí tocaran Karma Police”. Recordé 2006 y 2008, cuando U2 y Bob Dylan respectivamente, dieron dos conciertos en el DF; en ambos casos pude atender a las dos tocadas que cada uno ofreció y en ambos, me gustó mucho más el segundo concierto tanto en calidad interpretativa como en canciones ejecutadas, por lo que no pude evitar darle la razón a Alejandra. La noche siguiente, ella misma me mandó por celular el siguiente mensaje: “Te vas a morir. Tocaron karma police y creep hoy”. ¡¿Creep?! No jodas, si eso jamás lo hacen. Eso sí que fue mala suerte (¡¡¡CREEP!!! Siempre quise gritar el puente de esa canción a todo pulmón en un lugar que no sea mi casa), pero ya aprendí mi lección: si una leyenda de rock da más de un concierto en la ciudad, hay que ir al último, no al primero.

jueves, 12 de marzo de 2009

Serie de sueños

...de pronto me convertí en un entrenador Pokémon, viajando por la región; al arrivar a una nueva ciudad, el Team Rocket me atacó, viéndome obligado a huir como pude. Me oculté en el primer edificio con acceso al público que encontré: una escuela. Fije mi escondite en el salón más recóndito y me mimeticé con el grupo, tratando de poner atención a la clase. Al no llevar libros, pedí a la persona a mi lado que se acercara a mí para leer juntos y ella aceptó. Leyó a mi lado en voz baja pero audible, y mientras lo hacía, acercó su rostró al mío poco a poco. Una vez que nuestras mejillas se rozaron reconocí la voz. ¡Era ella! Su tono era sensual y al terminar la lectura me miró coqueta y me plantó un beso en la boca, el más dulce que jamás he recibido. Entonces desperté, eran las 6:49 de la mañana...

martes, 3 de marzo de 2009

No Line on the Horizon = No Creativity in the Mind




¿Alguien ha visitado la uncyclopedia, o su versión en español, la inciclopedia? Es una parodia de la wikipedia bastante peculiar. A ratos sus “artículos” son monótonos y su humor resulta incluso bobalicón, pero en general es divertida si se toma en dosis adecuadas. De cuando en cuando tienen buenas puntadas. Algo mas sorprendente incluso es el hecho de que a mi parecer, la versión en español es de hecho más divertida e imaginativa que la original en inglés.

En el texto castellano concerniente a Paul Hewson, también conocido en los bajos fondos como Bono, y más conocido aun por su banda de rock, U2, se narra una curiosa historia sobre un hombre que padeció de doble personalidad hasta que cada una de las partes encarnó un cuerpo propio y, al más puro estilo de Piccolo Dai Maoh (de Dragon Ball), dejando dos personas donde originalmente había una. La parte mala se convirtió en un demonio-mosca y fundó la banda de rock que todos conocemos; la parte buena quiso ser santo y fue papa durante un par de meses tras la muerte de Juan Pablo II, hasta que Darth Ratzinger-Sidious lo derrocó y desde entonces el buen San Bono ha buscado la paz mundial en las formas más diversas.

Cierto es que el rock y el activismo social no están peleados, como tampoco es algo que naciera con Bono: recordemos las actuaciones de Joan Baez y Bob Dylan en la famosa Marcha de Washington (en la que MLK pronunció su famoso discurso “I have a dream”) de 1963 o el Concierto para Bangla Desh de George Harrison en 1971. Nada hay de malo en las causas humanitarias y en tener un poco de conciencia. El problema surge cuando esta actividad se come al artista y deja sus obras mal paradas en cuanto a calidad, o peor aún, cuando este papel de mesías oculta intereses ególatras más oscuros.

Desconozco si éste sea el caso de Bono, pero de cualquier modo, el irlandés que todos quieren e idolatran ha disminuido de manera brutal su credibilidad tanto social como artística en la última década. Ser amigo de George Bush y ser el autor de esa cosa (algunos dicen que es una canción) llamada Vertigo es completamente de pena ajena.

Sin embargo, con dos Beatles muertos, las piedras rodantes en estado de momificación (y que sólo salen de sus sarcófagos cada 10 años) y un Bob Dylan que canta como si estuviera muriendo, U2 es hoy por hoy la leyenda más grande del rock todavía en activo, y mi grupo favorito en las mismas circunstancias. Y como tal, no pude pasar la fanática acción de ir a comprar su nuevo material, No Line on the Horizon en cuanto salió a la venta.
Ya sé que los medios de comunicación y la prensa roquera privilegiada escuchó el álbum desde hace varias semanas y ya han emitido sus respectivas críticas, pero yo como mortal tuve que esperar a que el álbum apareciera oficialmente (o que lo colaran a la internet, pero preferí esperar a la legalidad) para poder escucharlo. Los medios dicen que después de dos discos de baladas pop y rock facilón, U2 por fin volvió a las canciones experimentales de la década de los 90’s, lo cual me pareció difícil de creer. Hace una semana escuché un preview track por track y lo que llegó a mis oídos no me emocionó mucho; pero vamos, escuché como 20 segundos de cada pieza, eso no basta para poder realmente apreciar el trabajo, mucho menos para emitir un juicio valorativo. Sin embargo, al menos esa probada me agradó, atrayéndome más que cuando escuché casi asqueado los previews de All That You Can’t Leave Behind y How to Dismantle an Atomic Bomb hace 8 y 4 años, respectivamente. Y considerando que actualmente soy uber fan de esos dos discos, con todo lo malo que pueden ser, el hecho de que ahora sí me atrajera desde el principio, era una gran señal, ¿no es cierto?

Así pues, me puse mis botas y me lancé a comprar el flamante nuevo álbum de U2. Salí temprano de mi escuela (y tuve que mendigar en el metro por mi pasaje a casa, ya que me quedé sin dinero suficiente tras la compra) y llegué a casa corriendo, listo para copiar el CD en mi computadora y dejar que ella hiciera el resto.

La primera canción, No Line on the Horizon, muestra a un Bono que le echa ganas con la poca voz que le queda, usando sus actuales limitaciones para convertirlas en armas que dan buenos resultados. La melodía le ayuda mucho y lo hace sonar un poco como Caleb Followill, vocalista de los Kings of Leon. Debo admitir que me encantó. En comparación, la primera canción del álbum anterior fue Vertigo, y ya dije cuál fue mi primera impresión con ella como el primer corte del disco atómico. El panorama era bastante prometedor.

Pero de pronto, ahí se acabó la cosa. Quisiera poder decir algo sobre el resto del material, pero me pareció tan monótono que ni siquiera pude distinguir una canción de otra. Hay soniditos electrónicos y ambientales por aquí y por allá, cortesía de los productores, Brian Eno y Daniel Lanois; supongo que de ahí se derivan esas halagadoras críticas que dicen que los U2 electrónicos experimentales del Achtung Baby están de vuelta, pero no lo creo, pues en el disco actual, tales sonidos están meramente superimpuestos en canciones malas, y además, tan lentas que dan una hueva enorme. No tengo nada contra la música lenta, siempre y cuando esté bien hecha, lo cual no sucede aquí.

Por otro lado, por primera vez U2 permite fuentes externas en la composición de sus canciones: si en todos sus trabajos anteriores los créditos siempre decían “Music by U2/Lyrics by Bono” o “Music by U2/Lyrics by Bono and the Edge”, para esta ocasión los dos productores participaron en la composición musical de las once piezas e incluso en la letra de dos de ellas. Cierto que el dueto Eno-Lanois estuvo tras las consolas en las obras maestras de los irlandeses de una manera equivalente a lo que Gustavo Santaolalla significa para Café Tacuba o Nigel Godrich para Radiohead, pero de ahí a meterse en la composición de manera activa hay una diferencia abismal, sin mencionar que ahora me parece que su producción es hueca y quizás un poco excesiva y grandilocuente. ¿O será que la baja calidad del material es precisamente por la participación creativa de ellos? De ser así, ellos debieron haber escrito como el 80% del álbum, porque, no importa desde dónde se le vea, no consigo encontrar una canción que no me dé hueva, salvo la ya mencionada No Line on the Horizon, el primer sencillo, Get on your Boots, que aunque sí me gustó, su melodía es un plagio total de Subterranean Homesick Blues de Bob Dylan, y Breathe, en la que Bono durante la primera estrofa, más que cantar, habla como si lo estuvieran correteando; no sé si ello se deba a un intento por compensar la lentitud de las demás canciones o si fue de verdad espontáneo. De cualquier modo, esos tres cortes son lo más rescatable del álbum, y ni siquiera tienen momentos emotivos o dramáticos, que es una de las mejores cualidades de las canciones del grupo.

Y ni qué decir de las letras. Interpreten la razón de por qué jamás hablé de ellas.

Bueno, ése es el flamante nuevo álbum de U2. Pagué $144 por tres canciones medianamente buenas cuando por menos dinero pude haberme comprado algo mejor, y para ser éste el primer disco que compro como en dos años, me quedaron muy mal. Es curioso, con los álbumes anteriores no esperé nada bueno y me dieron agradables sorpresas; con éste por el contrario, tenía expectativas más o menos altas y me sentí decepcionado. De cualquier modo, los dos trabajos anteriores tampoco me parecieron la gran cosa de inicio, sino hasta que el tiempo transcurrió y las canciones crecieron en mí. Y espero que así suceda de nuevo, porque si no, me sentiré muy frustrado, y no quiero esperar otros 5 años a que U2 lance otro álbum para que se reivindiquen. Suponiendo que saquen otro disco.

¿Dónde quedó el Bono que gritaba “What’s the glory of the revolution? FUCK the revolution!”? Supongo que simplemente envejeció y se volvió santo. Que los santos lo ayuden entonces.

domingo, 1 de marzo de 2009

Veggie Awards 2009

Terminó febrero, inició marzo. Wow, vaya razonamiento. El motivo de tal juicio radica en que hace un año apareció el último número de la revista La Mosca en la Pared. Realmente fue irónico que la última edición publicada de tan insigne pasquín fuera en la que cumplían catorce años de vida. Regularmente en febrero o marzo de cada año, esta revista hacía el recuento del año previo, pero ya que no están, alguien tiene que hacer el trabajo. Además, hace una semana fueron los famosos Oscares y hace tres, los Grammys. Es la época justa para rememorar el año 2008, reconocer las cosas buenas, burlarnos de las malas y homenajear a los que se nos fueron. Así que, presento aquí, mi muy subjetiva versión de lo mejor y lo peor del año pasado:

Música
Mejor disco:
-Bon Iver: For Emma, Forever Ago
-Coldplay: Viva la Vida, Or Death and all his Friends
-thenewno2: You Are Here
-Kings of Leon: Only by the Night

Ganador: thenewno2 –You Are Here

Peor disco:
Hubo tantos nominados que todos los no incluidos en la terna anterior ganaron

Mejor canción:
-Bon Iver: For Emma
-Kings of Leon: Sex on Fire
-thenewno2: Yomp
-Colplay: Viva la Vida
-Supergrass: Feel Alright

Ganador: Coldplay: Viva la Vida (con todo y su plagio)

Peor canción:
-Quiero Club: No Coke
-Madonna: Tour Minutes
-Metallica: Cyanide
-Ximena Sariñana: Gris

Ganador: Quiero Club: No Coke

Mejor concierto:
-Bob Dylan en el Auditorio Nacional, 27 de febrero
-Motorokr Fest, en el Foro So, 18 de octubre

Ganador: lo siento, ambos me encantaron. Empate técnico.

Peor momento en vivo:
-Reconocer “Like a Rolling Stone” de Dylan a la mitad de la canción.
-Soportar a 50 mil adolescentes que fueron al Motorkr solo a ver a Quiero Club y Paramore, ignorando a los chingones Flaming Lips y NIN
-La sangrienta pelea al inicio de la actuación de los Flaming

Ganador: la pelea

Cine
Mejor película:
-Dark Knight
-Australia
-Twilight
-Wall-E
-Iron Man
-U23D

Ganador: Australia (no nominé a Benjamin Button y Quiero ser Millonario porque aunque son de 2008, las vi hasta 2009)

Peor Película:
-Mamma Mia
-High School Musical 3
-The X-Files: Quiero Creer
-Sobre mi Cadáver

Ganador: Sobre mi Cadaver

Mejor actor:
-Hugh Jackman por Australia
-Nicole Kidman por la misma cinta
-Bono, por reinterpretarse a sí mismo en U23D
-El fantasma de Heath Ledger, por Dark Knight
-Yo, por soportar tantas películas malas

Ganador: Hugh Jackman (para que no digan que soy ególatra y hubo mano negra)

Peor actor:
-Pierce Brosnan, por cantar peor que Alex Lora en Mamma Mia
-Bono, por su gastadísimo papel de mesías roquero (y sin voz, además)
-Christian Bale, por hablar como si tuviera cáncer en la garganta, en Dark Knight
(¿notaron que los tres se debieron a las voces de los artistas?)

Ganador: Pierce Brosnan, sin duda


Videojuegos
Juego del año:
-Metal Gear Solid 4: Guns of the Patriots
-Super Smash Bros. Brawl
-Rock Band 2
-No More Heroes
-Little Big Planet
-Gears of War 2
-Mega Man 9

Ganador: el jurado sigue jugando y dice que todos están re-buenos

Peor juego del año:
-Mario & Sonic at the Olympic Games
-Mario Kart Wii
-De Blob

Ganador: Mario & Sonic

El sobrevalorado:
Gran Theft Auto IV

La sorpresa del año:
-Sonic en Smash Bros. Brawl
-Bioshock llega al PS3
-El horrible regreso de Banjo y Kazooie
-Que el Wii siga siendo la consola más vendida a pesar de que este año estuvo carente de buenos juegos

Ganador: Sonic en Smash Bros. (a pesar de que lo habían anunciado desde antes de que saliera el juego)


Mi vida
Drama del año:

-¡Mi madre me corrió de la casa!
-Karen: quítate que me estorbas
-Soy inmortal
-Ligando pubertas

Ganador: ¡Mi madre me corrió de la casa!

Personaje del año:
-Hermilo López Bassols (mi maestro de Unión Europea)
-Laura Martínez Breña
-Karen Camacho
-Denise Daniela

Ganador: Empate entre Daniela y Laura

Decepción del año:
-Que con todo y sus más de 30 personajes, en Brawl siga jugando con Kirby
-Seguir desempleado
-No ver a Elsa en todo el año
-Subir casi 10 kilos en las vacaciones de verano y no perderlos a pesar del tiempo que llevo en el gym
-No tener tema de tesis

Ganador: la tesis


Momento del año:
-Perderme en San Jerónimo Lídice y descubrir que el DF tiene zonas lindas que no sean Coyoacán o el Centro Histórico, el 25 de abril
-Mi fiesta de cumpleaños con 30 invitados de los que sólo acudieron 3, el 5 de julio
-El día que Karen regresó, el 1ro. de octubre
-Tocar la burbuja de plástico en la que venía envuelto Wayne Coyne de los Flaming Lips, el 18 de octubre
-Cuando la historia amorosa con Danny se veía prometedora, en noviembre y diciembre
-Tropezarme para caer a la avenida y ser arrollado por un autobús, el 13 de noviembre

Ganador: el día que Karen regresó

Los que se nos fueron:
Revista La Mosca en la Pared, marzo
Heth Ledger, enero 22
Maharishi Mahesh Yogi, líder espiritual hindú, febrero 5
Arthur C. Clarke, el genio de la literatura futurista, marzo 19
Neil Aspinall, compa de los Birols, marzo 24
Bo Diddley, ese genial bluesero que a tantos inspiró, junio 2
Isaac Hayes, cantante de R&B, y la voz del Chef en South Park, agosto 10
Mitch Mitchell, baterista de The Jimi Hendrix Experience, noviembre 12
Paco Ignacio Taibo I, escritor, noviembre 13
Bettie Page, la legendaria modelo de los pin-ups, diciembre 11
Maddie Blaustein, escritora de Milestone Comics (DC) y actriz de doblaje, diciembre 11
Batman/Bruce Wayne, en Final Crisis, diciembre


2008 fue un año bastante agitado para mí, pero fue uno bastante bueno, lleno de cambios y transiciones. Como persona, aprendí, maduré y evolucioné como no lo hacía en varios años (quizá desde 2003); resolví problemas que me aquejaban desde 2006 y ahora mi vida es mucho más estable, con un futuro más prometedor que nunca. Por otro lado, hice nuevos amigos, recuperé viejos o simplemente consolidé amistades previas. El mejor año que he tenido desde 2004, sin duda. Y lo que va de este 2009 también ha estado bueno, me he divertido, voy bien en la escuela y me siento bien. Y ya han aparecido por ahí algunas buenas obras cinematográficas y musicales bastante interesantes que harán que los 10 meses que le quedan a este año sean igual de buenos. Que el tiempo diga si no.