lunes, 29 de junio de 2009

Disculpas literarias

Sé que a nadie (o a pocos) le interesa lo que escribo, y mucho menos cómo lo escribo. Sin embargo por convicción propia me siento con el compromiso personal de perfeccionarme y con el deber moral de que los textos sean amenos o siquiera legibles para los visitantes (que aunque sean como 10 para mí valen mucho) que se toman su tiempo en este espacio.

Y es que hace unos momentos estaba releyendo algunos de los textos que tengo aquí y lo primero que pensé fue "¡Ah, qué fregón soy! García Márquez me hace los mandados"; OK no, lo que pensé fue que tengo un gran defecto: no uso subtítulos.

En mi defensa puedo argumentar que yo me nutro leyendo novelas y narraciones largas, el ensayo no se me da mucho (a pesar de que lo que escribo aquí, si bien son textos libres, tiran más hacia el ensayo que hacia lo narrativo). Y todos sabemos que las novelas rara vez incluyen subtítulos o cualquier tipo de encabezado que no sea el de los capítulos principales de la obra en cuestión (y en muchas ocasiones, ni siquiera los capítulos llevan título).

Sin embargo, leer un bloque de texto largo, sin separaciones como son los subtítulos, puede ser pesado y cansado, sobre todo en los textos de naturaleza analítica o reflexiva, pues es necesario delimitar ideas y secciones, cosa que por lo visto, a mí no se me da.

En adición, si ya de por sí me cuesta mucho trabajo idear títulos creativos, originales o simplemente adecuados a cada escrito, tener que pensar en más de un encabezado por cada texto que escriba, será todo un reto. Pero para eso es la vida, para proponerse y superar retos, ¿a que no?

Si al inicio de este 2009 mi propósito estilístico literario fue dejar de usar la palabra "apología" cada 10 minutos (de hecho el título original de esta reflexión iba a ser "apología litararia", pero tuve que resistirlo), mi nuevo propósito es comenzar a utilizar y dominar los subtítulos.

Amén.

Las bondades de ser el número 2

Ser hijo de un ex-beatle puede ser un gran impulso si buscas labrar una carrera musical. Ser hijo de George Harrison, el ex-beatle menos famoso y carismático, puede ser un impedimento. Lo cual nos deja en ceros. Empate.

De modo que si Dhani Harrison quería ser cantante, tendría que forjar su camino por méritos propios. Su padre -renuente a la fama y a su propio pasado Beatle-, a pesar de que lo instruyó en el arte guitarrístico (y lo intentó con la batería además, pero el pequeño Dhani huyó cuando el tío Ringo hizo demasiado escándalo con los tambores, asustando al entonces infante) siempre le recomendó que se mantuviera alejado de los reflectores. Pero George ya no está con nosotros para regañar a su retoño si se rebela y decide probar su suerte.

El muchacho pues, estudió diseño gráfico y junto a su amigo Oli Hecks fundó el estudio de diseño thenewno2 ("the new no. 2", o sea "el nuevo número 2", en referencia a la serie de televisión sesentera "El Prisionero", de la cual hasta ahora no tenía idea de su existencia más allá de esta referencia), el cual se encargó precisamente del diseño visual de los últimos discos del buen George (Brainwashed, The Concert For George y las reediciones de The Concert For Bangla Desh y All Things Must Pass). En adición, como heredero único de su padre, siempre que hay algún evento Beatle él debe estar ahí en representación suya. De ahí que el joven Harrison fuera, voluntaria o involuntariamente (más bien naturalmente) introduciéndose poco a poco en el negocio de la música hasta quedar completamente sumergido en ella.

Así las cosas, para 2006 su estudio de diseño se había convertido en una banda de rock, con Dhani en la voz principal y la guitarra (o sea, prácticamente como frontman) y Hecks en los tambores y sintetizadores. ¿Sus influencias? Según las escasas entrevistas que han dado así como su perfil en el MySpace, éstas incluyen a Led Zeppelin, Pink Floyd, Jimi Hendrix, Massive Attack, Tricky... y sí, a The Beatles. Como podemos ver, las tendencias son completamente marcadas: por un lado, la música clásica sesentera (escena de la que papi Harrison formó parte) y por otro, la experimental electrónica del trip hop noventero. Dos extremos completamente opuestos pero que, inesperadamente, funcionan sin sonar como esos crossover forzados en los que un estilo parece metido con calzador sobre el otro.

El primer resultado de la obra de este dueto (que en vivo incluye además a Jon Sadoff en coros, Jeremy Faccone en la guitarra de acompañamiento y a Jason Hiller como bajista) fue la canción 'Choose What You're Watching', aparecida en su MySpace y en youtube en agosto de 2006. La canción es bastante sorprendente y hasta miedo da, y es que desde que Dhani vio la luz de las cámaras por primera vez allá en 2002 (cuando apareció en el DVD del making of de Brainwashed), la gente no ha parado de hablar de lo mucho que se parece su rostro al de su padre. Pero ésas son patrañas, no sé por qué insisten tanto en su parecido físico, cuando más impresionante es su parecido vocal. Juraría que Choose What You're Watching es una canción perdida de los Beatles de 1966 con George en la voz principal. Así de cabrón está el parecido en sus voces, lo cual me lleva a pensar que Dhani Harrison no es el hijo de George, sino el resultado de la primera clonación humana exitosa. Chequen ustedes mismos si no:

The Beatles - Think For Yourself (1965):


thenewno2 - Choose What You're Watching (2006):


Suficiente. Ya Dhani ha de estar asqueado de que toda la vida le recuerden el parecido con su padre, así que a lo que te truje Chencha: la música.

Señoras y señores: thenewno2


Desafortunadamente, la canción vino así nada más, solita, sin otra que la acompañara y con la cual poder comparar para darnos una verdadera idea de lo que este grupo puede hacer.

Tuvimos que esperar medio año para que la nueva banda nos mostrara algo más sustancial. Entonces llegó el EP001 (febrero de 2007), que con cuatro temas (en los cuales colabora con su muy sensual voz una tal Amanda Butterworth) nos comprueba que lo que decía su myspace era cierto: suenan a The Beatles combinados con Massive Attack!!! Y el resultado es tan placentero. Mención aparte debo hacer al mantra 'Lord, Lord', que suena idéntico a los místicos cánticos religiosos que el buen George interpretaba en la década de los 70's.

Finalmente, en agosto de 2008, llegó el plato fuerte: su primer álbum de larga duración, intitulado You Are Here. Un debut bastante afortunado, si consideramos que casi simultáneamente con la salida del disco, dos de sus canciones, 'Yomp' y 'Crazy Tuesday', fueron lanzadas como contenido descargable para el videojuego RockBand 2. La primera es un muy buen rock lo suficientemente ponedor como para tenernos agitando nuestras cabezas de cuando en cuando, mientras la letra es una muy inteligente canción de amor, pero no un amor ciego y estúpido, sino un amor que, aunque fiel, muestra el suficiente raciocinio para cuestionar al ser amado: "Criticas la debilidad de la gente/Cuando todo el tiempo todo es mentira tuya" a pesar de la conciliación posterior: "Nunca sentiré lo peor/Estaré ahí, sólo dilo". La segunda canción es en cambio un tranquilo trip hop (con un acompañamiento de ukelele -cortesía, claro, del amor de su papá por dicho instrumento-) que nos envuelve en una atmósfera, musical y letrística, llena de misterio que nos relaja y nos pone tensos al mismo tiempo, a la espera del siguiente acorde y dejándonos con la duda de por qué una chica nos hizo llorar en aquel martes loco. Si alguien aquí tiene RockBand, no dude en descargar estas canciones, les aseguro que será un placer tocarlas aunque sea en guitarras de plástico.

y... ¿dónde demonios es "aquí"?


El resto del álbum navega por las mismas aguas: la tranquilidad pacheca y experimental del trip hop y el crudo rock con ocasionales coqueteos beatle. 'Bluesy' y 'Idle Lover' poseen melodías encantadoras mientras que 'Another John Doe' suena (y se ve, gracias a su video a blanco y negro en stop motion, dirigido por el buen Oli) como una película de suspenso.

En resumen, You Are Here suena a los Beatles y a Portishead; suena a Pink Floyd y a Radiohead. Suena a lo que queremos y a lo que no queremos que suene. En lo personal, el álbum me encantó (¿de verdad son tan buenos, o es que mi fascinación por George es tal que ante la idéntica voz de su hijo, vivo en un mundo en el que creo que nunca murió y que sigue haciendo música, que You Are Here es en realidad el nuevo disco de George?). Lo recomiendo ampliamente, la banda tiene futuro. A favor tiene su propio talento musical y las ganas que le están echando. En contra tiene su aire subterráneo (ellos sí son indie de a de veras -no como los Killers, por decir a alguien-: el propio Oli Hecks produjo el disco y ha dirigido todos los videos de la banda; su disco no está disponible en tiendas, etc.) que los aleja de apariciones en televisión, y que a sus treinta años, estos "muchachos" ya están un poco viejos para debutar en una industria protagonizada por jóvenes carilindos de no más de 25 años. Ya el tiempo dirá si thenewno2 se convierte en la segunda gran banda con un Harrison en su alineación, o se apaga sin pasar de ser el caprichito de un tipo que trató de colgarse de la fama de su padre.



P.D.: En una semana exacta es mi cumpleaños, si alguien quiere quedar bien conmigo, lo amaré si me regala (o al menos me ayuda a conseguir) una copia física de este disco. Al que lo haga, se lo agradeceré eternamente y tendrá un lugar en mi corazón.

viernes, 26 de junio de 2009

California huele a muerte - Adiós, Miguelito

Pobre Farrah Fawcett; ¿alguien se acordará de conmemorar sus aniversarios luctuosos? Vaya que morirse el mismo día que Michael Jackson, y encima, en el mismo lugar (California, EU) es tener muy mala suerte...


Pero qué le vamos a hacer, así es la vida... ¿o debería decir "así es la muerte"? Dos íconos de la cultura pop norteamericana (y por consiguiente, de la cultura occidental toda) se nos fueron ayer. Una mujer bastante sexy y un señor que parecía mujer y bailaba muy sexy.

El hombre que compró a espaldas de Paul McCartney los derechos de las canciones de los Beatles (y que después las usó como garantía sobre sus deudas), el hombre que bailó sobre la luna (y de espaldas -otra vez-, ¡ni más ni menos!), el hombre que podía convertir su cara en un rompecabezas y proteger a los niños del mundo con el poder de su amor. Ese hombre ya no existe. Ahora es un juguete con el que un grupo de médicos forenses se divierte mientras los que esperan los resultados del dictamen especulan si su muerte fue de verdad natural o si el paro cardiaco que sufrió se debió a una sobredosis como por ahí comienzan a sugrir rumores. Llevar a cabo una necropsia sobre tan raro especimen debe ser algo envidiable. Sí, qué envidia les tengo a esos doctores.

Otra duda que me queda con el suceso son sus obligaciones contractuales (¿se nota que soy abogado?). El próximo 13 de julio el señor iniciaría una gira mundial que duraría unos tres años, y todos los conciertos anunciados agotaron sus entradas en cosa de instantes. Cancerlar uno o dos conciertos es común y todo el mundo lo hace. Usualmente se devuelve el dinero de las entradas o se pospone la fecha de la actuación. Pero en este caso hablamos de una gira completa, 50 fechas que ya se pagaron. Con lo codiciosas que son las compañías de espectáculos y todo el dinero que ya se inviritó, dudo que sean tan benévolas para hacer eso. Me huele a que la empresa se disculpará con los clientes y se pintará de colores. Triste, pero cierto. Esto me huele a muchas demandas... ¡Pobres de sus herederos, los líos en los que acaban de meterse!

Difícil será emitir un juicio sobre este hombre. A la hora de redactar obituarios y celebrar homenajes póstumos, el alarde a las virtudes del susodicho es la orden del día. ¿Pero qué hacer cuando la súper estrella en cuestión llevó una vida bastante cuestionable? No lo sé, pero sin duda los periodistas la han estado pasando difícil a la hora de escribir sus notas. Podríamos con facilidad hablar del genial presidente Kennedy; de Marthin Luther King, el hombre que luchó por los derechos civiles de los negros, o de John Lennon, el hombre que regalaba amor y se pronunciaba contra el capitalismo estadunidense. ¿Pero qué podemos decir sobre Michael Jackson? ¿Festejarle sus traumas con la niñez que van desde su eccéntrico rancho NeverLand hasta las acusaciones de corrupción de menores en su contra? ¿Destacarlo como el gran padre de familia que fue (con todo y el escándalo del bebé en el balcón)? ¿O reconocerlo como un ejemplo de identidad personal y autoaceptación recordando su transformación de negrito cucurumbé a zombie color leche (podrida)? No lo sé, se aceptan sugerencias.

Ya que hablamos de enunciados sobre el artista fallecido, sin duda alguna las más sabias y elocuentes palabras de pésame vinieron de nuestro insigne presidente, quien, en una indudable muestra de retórica foxbushiana, declaró durante uno de sus famosos discursos sobre su guerra contra el narcotráfico:

"Michael Jackson no pudo sobrevivir a la muerte"

...Sin palabras...

Eso de usar la muerte de este señor y los rumores de que estuvo vinculada con el consumo de drogas como vehículo político en un chafísima discurso (la declaración completa decía algo como "hemos avanzado en nuestra lucha contra el narcotráfico, pero es triste que no podamos erradicarlo de lleno todavía y que siga cobrando víctimas, como sucedió ayer con Michael Jackson, un gran cantante que debido a este mal que ataca a la sociedad, no pudo sobrevivir a la muerte y escapar de sus consecuencias") es vergonzoso y no tiene madre. Bueno, viene de la misma persona que aprobó el FOBAPROA, así que no me sorprende. Aunque ya no sé de las dos, cuál fue la mayor cochinada.

Eso sí que fue malo...


Pero estábamos en Michael Jackson, ¿no? Para ser sincero, no soy fan de su música. Es más, cuando era niño me daba miedo su cara de transformer-maniqui (bajo esa perspectiva, su cadáver no debe de verse muy distinto de su rostro en vida, desde hace 15 años ya parecía muerto) y el hecho de que el bully de mi salón en primero de primaria fuera fan suyo me prvocaba todavía más pavor hacia Jackson. Sin embargo, he de admitir que Billy Jean, Bad, Beat it y Thriller siempre han estado y estarán en mi lista de placeres culpables. Así que, lejos de llorar la muerte del llamado rey del pop (quizá el deceso más llorado desde el papa Juan Pablo II, y en términos de música, desde Kurt Cobain) y deshacerme en elogios, simplemente hago notar mi visión de los hechos como el fenómeno que ha sido: un escándalo más, como todos los que en vida protagonizó. Mejor muerte no pudo tener. Sólo por eso, que viva el rey.

(¿¡Qué!? ¿Creían que iba a publicar una sentimental lamida de huevos y que reseñaría su obra? Nel, para eso está Rolling Stone y los medios de des-información)

lunes, 22 de junio de 2009

Cómo ser freak y no morir en el intento

Después de dos meses de dormir tres o cuatro horas al día por navegar en inter---ejem, estudiar, por fin, el viernes pasado, todo terminó. Ya estoy del otro lado.

Y qué mejor manera de celebrarlo que yéndome a pasar el fin de semana en Cuernavaca.

Para ser sincero no sé cómo es que terminé hasta allá. Sé que era el cumpleaños de la prima de una amiga de mi hermana, y que a mi sis la invitaron al huateque. Empero, desconozco cómo es que me anexé al paquete. Antes me llevaba bien con las amigas de mi hermana, pero desde que hace algunos meses tuve un pequeño encuentro con una de ellas, la situación se volvió incómoda y desde entonces cada que las chicas nos visitan yo me encierro en mi recámara (lo cual hubiera hecho de todos modos, dadas mis ocupaciones recientes) y no he tenido contacto con ellas. Mi teoría (porque de verdad, juro que yo mismo no recuerdo cómo terminé con ellas) es que mi papá me mandó de chaperón para cuidar a mi hermanita y vigilar que no hiciera nada indebido.

Aclarado parcialmente el punto, la fecha original para el viaje era el sábado 13 de junio. Pero hubo problemas con el alquiler de la casa y se recorrió para la siguiente semana. Mejor para mí, el 13 era mi foto de generación y no podía yo faltar a tan especial ocasión.

Así que, después de que el viernes llegara a mi casa de mii último examen (literalmente fue un examen final), pasé un buen rato en la computadora y terminé yéndome a dormir alrededor de las 3 de la mañana. Craso error, porque había que estar en casa de Patty, la amiga de Faby (mi hermana) a las 8. De modo que, una vez más, dormí apenas unas cuantas horas.

Supuse que me dormiría en el camino, el viento en mi cara durante todo el camino me lo impidió (iba sentado junto a la ventanilla y con el calor que hacía no íbamos a dejar las ventanas cerradas; sólo que a esa velocidad el viento en la cara no es tan agradable)... y el hecho de que yo me iba orinando.

Antes de partir, me empaqué de un jalón un litro de agua confiando que llegaríamos rápido a Cuernavaca. Pero el trayecto fue un poco más largo de lo previsto y mi vejiga pagó mis errores de cálculo. Inicialmente eran apenas ligeras ganas que pedía resistir con un poco de paciencia, más tarde se tornó más difícil la labor y finalmente no pude resistir. Primero sugerí que nos detuviéramos en un Oxxo para surtirnos de comida, bebida y botana y así yo aprovecharía para ir al baño, pero mi propuesta fue rechazada a pesar de ser práctica (obviamente no expresé el verdadero motivo de mi sugerencia). Estábamos ya en Cuernavaca cuando externé mi deseo de expulsar mis líquidos y el chofer de la camioneta dijo: "Espérate, ya en un rato llegamos". Creí en él, pero luego de unos 15 minutos no podía más. Estaba a punto de estallar; llevaba ya unas cuatro horas aguantando las ganas. Encima, todas las calles estaban llenas de verdes jardines y árboles en los que orinar sería un deleite. Era inevitable no pensar en mis esfínteres ante tal vista.

"¡Por favor, deténganse, necesito un árbol!", exclamé en un grito ahogado, pues ya no podía hablar siquiera.

La camioneta se detuvo en una esquina y corrí por la calle hasta alejarme lo suficiente de la vista de los demás (no iba a dejar que me observaran en un momento tan íntimo como es el arte de mear). Volví instantes después al vehículo y lo abordé, pero la camioneta no resumió la marcha.

Resulta que casualmente habíamos llegado a la calle donde quedamos de ver a los demás viajeros (llevábamos dos autos). En otras palabras, pude haber esperado un par de minutos más y la camioneta de todos modos se hubiera detenido y yo hubiera podido satisfacer mis necesidades sin tanto escándalo. Lástima, ya había empezado mal.

Desde entonces, durante todo el día recibí burlas sobre el incidente. Avergonzado, reí cuando la cumpleañera, muchas horas después, me miró y me dijo:

"Tú tienes flojo el esfínter".

Diablos.

Una media hora después de aquel penoso incidente, llegamos al lugar indicado por los dioses (que no era un islote con un águila sobre un nopal devorando una serpiente, aclaro). Una acogedora casa con un enorme patio y una alberca de tamaño pequeño, pero suficiente para que dieciséis personas cupieran en ella sin problemas.

Claro que no era cosa de quitarnos la ropa y lanzarnos a la alberca. Había que... sí, había que ir a comprar comida, bebida y botana. Pero no quisieron hacerme caso, torpes... Se nombró a una comisión para que fuera a comprar lo necesario y los que se quedaron pudieron disfrutar de las instalaciones después de únicamente dejar sus maletas en un lugar seguro e instalar el equipo de sonido. Como único hombre presente en ese momento, fui el encargado de bajar del auto la enorme bocina que nos serviría para amenizar el convivio. Descargué el aparato y lo llevé hasta el pórtico de la casa sin ningún problema, pero estorbaba un poco, así que alguien me sugirió que la subiera a la mesa-bar que había allí mismo. Pero al hacerlo, uno de los soportes de la bocina se rompió sin causa aparente y me quedé con la pura agarradera en la mano. Realmente no entiendo qué sucedió. No se me cayó (como todos dicen) dado que yo aun tenía la agarradera en la mano. Pero nadie vio de cerca y todos creyeron que realmente se me había caído ya fuera porque no la aguanté o porque me tropecé. Otro punto menos. Para mi afortunada fortuna, el dueño de la bocina era de los que fue por la comida, por lo que no me vio y jamás se enteró de lo que hice. ¿Qué hice? ¡Pues hacerme pendejo!

Cero y van dos.

Después de eso, por fin me comporté como persona normal, conbebiendo y echando relajo. Sin embargo ya estaba marcado. Con el veto que tengo con las amigas de mi hermana, y que los demás ya tenían su propia bolita de amigos, jamás pude integrarme con alguien y pasé casi toda la tarde por mi cuenta, nadando en la piscina o caminando por el patio. Ocasionalmente hubo desmadre global y pude integrarme por un rato, pero nada del otro mundo. Sin embargo, fue divertido y relajante.

Comimos placenteramente una deliciosa carne asada. Tragué como hace años no comía... esa carne estaba simplemente exquisita. ESO es el verdadero éxtasis. Mi orgasmo gastronómico fue lo mejor de todo ese día. Sí, inclusive mejor que la extremadamente sensual y a la vez graciosa coreografía que montó un sujeto que tenía un cuerpo envidiable (obviamente él era homosexual, por cierto). Y ni qué decir de las cervezas y la botana. Por primera vez en mi vida me supo rica una cerveza. Y ni siquiera me embriagué, así que mi conciencia puede estar tranquila.

Ya en la noche (al rededor de las 9), un poco aburrido, me metí a la casa. Encontré un mullido sillón y me acurruqué para descansar un rato; a final de cuentas, el relajo el la alberca había sido cansado y unos minutos de descanso no me caerían mal.

Desperté a las 10 de la mañana del domingo.

Así es, a los ojos de los demás, desperdicié el mejor momento del fin de semana: la noche del sábado, cuando todos cantaron canciones juntos y jugaron emocionantes partidas de poker, animados por el fluir del alcohol. Escuché por ahí, durante mis sueños, un par de comentarios sobre mi errática conducta a lo largo del día. Nada importante como para levantarme de mi sillón. Tuve tambén un par de sueños, el primero un melodrama protagonizado por mí y la amiga de mi hermana con la que tuve mi mini-aventura de pipí-popó (Armando Vega Gil dixit), y una caricatura de mi salida de la Universidad el segundo. Ambos plagados de la más variada música de fondo, gracias a la ambientación musical de la fiesta. De Aphex Twin a Miguel Bosé y de Zoé a música de antro gay, así estuvo conformado el soundtrack de mis sueños.

Hace meses que no tenía sueños tan interesantes. Hace meses que no dormía más de 5 horas en un mismo día. Podrán decir que desperdicié un viaje a Cuernavaca durmiendo, pero para mí, no fue para nada un desperdicio. De haberme quedado en casa, me hubiera desvelado hasta las 3 de la mañana leyendo idioteces en internet, así que no habría tenido tan necesitado y merecido descanso. A mi manera, fue un gran viaje.

La mañana del domingo básicamente fue descansar, escombrar la casa y preparar todo para el viaje de vuelta, y aun quedó tiempo para un último chapuzón. En una de esas, todavía temprano, fui a dejar mi mochila a la camioneta y encontré en uno de los asientos, un par de libros de Rius: RecetaRius y Los Panuchos. Tomé el primero y me senté a leerlo sin detenerme.

En cuanto lo terminé, tomé el segundo e inmediantamente comencé su lectura. Finalicé 10 minutos antes de llegar a casa. En todo el trayecto de vuelta jamás intercambié palabras o miradas con nadie; simplemente leía. Por ahí escuché, durante mi lectura, que alguien le dijo a mi hermana: "Oye, tu hermano es raro". Me sorprende que apenas lo hayan notado, considerando que hace como un año que trato a las muchachas en cuestión.

En conclusión: pasé un viaje a Cuernavaca durmiendo y leyendo (ah, y haciendo el ridículo sin tener que estar ebrio). Y aun así lo disfruté como enano. Definitivamente debo de ser muy freak para eso.

sábado, 20 de junio de 2009

Quiero mis panepis, malditos asesinos!!!

La tarde del pasado martes 2 de junio me encontraba en el mini-tianguis que se ubica a la entrada de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, disfrutando de un rico panepi. Los panepis son unos panes condimentados con rellenos variados, de tamaño bastante considerable y un sabor insuperable. Y sólo los venden en la Facultad de Filosofía. Mi variedad preferida es la argentina, con carne molida y perejil.

Minutos más tarde, mientras regresaba a mi Facultad, sucedió en el mismo lugar un altercado que terminó con el asesinato de un estudiante de Filos. No me hubiera enterado de no ser porque dos días después regresé por mi panepi del día sólo para encontrarme con que no había un solo puesto en el lugar.

Recorrí todo el pasillo, fascinado ante la situación, y al final, en un muro, había un gran cartel hecho de papel que, en el característico tono izquierdoso de la Facultad, daba cuenta de los hechos: las autoridades universitarias, en otro de sus actos de represión usaron el incidente como pretexto para adueñarse de las instalaciones de la facultad más revolucionaria de la Universidad (y quizá de todo México) y controlarla para sus mezquinos intereses.

Lo cierto es que, fanatismos aparte, realmente hay desde entonces un ambiente de represión en el lugar. El corredor que comienza en la frontera con Derecho y pasa por la Biblioteca Central (todo un tour de force) tiene cintas policiales que impiden que los vendedores ambulantes se paren ahí a vender sus productos, todos ellos muy interesantes: ropa, series de televisión, música. Cultura, pues. Por cierto que hay por allí un póster que dice "¿Es delito difundir cultura?" en alusión precisamente al hecho de que la mayoría de los locales sólo vendían eso: cultura (incluso la comida, como ya ejemplifiqué con los panepis, es muy singular). Y tiene razón. Las autoridades de la Universidad nos están privando de algo que no es malo. Los vendedores no tienen la culpa de que a unos pendejos se les haya alborotado la canica y mataran a un sujeto en ese lugar. Y tampoco la tenemos los clientes.

La historia no termina allí. Todavía después, el lunes 8, dos estudiantes de Odontología fueron apuñalados y murieron también. ¿Coincidencia? No lo sé, pero no deja de parecerme sospechosa la proximidad cronológica y geográfica de ambos siniestros. Por cierto que ése fue mi último día de clases. Bonita forma de terminar mi carrera.

No entiendo qué sucede aquí. Sólo sé que, en efecto, hay represión (en Odontología, con todo y que fueron dos muertes y no una, no implementaron vigilancia adicional alguna ni modificaron las actividades de quienes allí laboran), pero una muy chafa franamente. ¿De verdad el rector cree que con poner unas patrullitas en el pasillo exterior podrá controlar a los estudiantes? Qué sujeto tan ingenuo... me daría ternura, pero es el rector. Lo que está haciendo en Filosofía es clara muestra de la imbecilidad del ya de por sí inaceptado señor Narro. Tal vez ya no estudiaré en la UNAM, pero no por ello me desligaré de ella. Por eso es que me uno a la protesta; ¡por culpa de unos imbéciles y desgraciados asesinos, no podré disfrutar de mis amados panepis! ¡Quiero mis panepis!

viernes, 19 de junio de 2009

Saga post-universitaria de locura expandida #2

Son las dos de la mañana. En doce horas tendré el que será mi último examen ever. Y en toda la noche apenas he estudiado unos 20 minutos. Seguro repruebo. Así que muy probablemente tendré que recursar la materia el próximo semestre. Genial, una excusa para seguir siendo estudiante otro rato. Aunque quedarme por una materia... qué hueva; además así ya no sería mi último examen. Ojalá la maestra sea benévola y me pase. Aunque sea con 6 y eso baje mi promedio.

Benedetti se murió, Naruto sigue sin terminar pero la novela de las 9 ("la de los caballos") tuvo su final feliz. Lo malo de la vida es que no hay final. Te casas, pero eso sólo es un nuevo comienzo. Terminas la universidad, sólo es el inicio de tu vida laboral y así sucesivamente. Ah no, estaba en otras cosas. Paul McCartney cumplió 67 años, el número de gente con desnutrición en el mundo llegó a los mil millones y Microsoft anuncia el Project Natal para su consola Xbox 360 que hará ver al Wii Remote de Nintendo como algo obsoleto.

Ana Guevara y Guadalupe Loaeza son candidatas a delegadas del DF; sigo esperando que Pepillo Origel se lance para diputado. La influenza pasó de moda, lo de hoy es la demanda de Rihanna.

Todo esto en las últimas tres semanas, ¿y qué ha pasado en mi vida? Ni una méndiga entrada. Estoy jugando Game Boy, estudiando para exámenes finales... me embriagué en una fiesta, escribí un hermoso poema pero perdí el papel... y ya... ¿Es que el mundo va muy rápido, o yo soy el rezagado? Bueno, cada quien se mueve a distintas velocidades, y no es que el mundo me esté dejando atrás, sólo se aleja de mí porque estamos tomando caminos separados. Por eso cada vez me siento más alienado.

Pero no importa, tengo a mi Game Boy, mi fiel amigo, y la Universidad terminó. Es un nuevo comienzo. Esta historia continuará...