miércoles, 28 de abril de 2010

¿Quién dijo que ser un freak no es útil?

Y después de cinco meses haciéndome pendejo, por fin ha llegado el momento.
Pero... ¿el momento de qué?

¿De hornear un flan?

¿De lavarnos detrás de las orejas?

¡No! ¡Es la hora de la rueda de la moraleja!


Rueda de la moraleja, gira una y otra vez y dinos hoy la lección que debemos aprender.

Y la moraleja de hoy es... la número 17:
"Deja de hacerte wey y ponte a hacer tu tesis"

En efecto, luego de tanto tiempo, ¡por fin comenzaré mi tesis! Y de no haber sido por mis obsesiones, jamás hubiera dado con ella.

No es que sea un huevón, juro que desde el 8 de diciembre que terminé oficialmente mi carrera no he dejado de pensar un solo dia en eso, simplemente que por más que intentaba, no conseguía pensar en algún tema de tesis. En realidad, llevo manejando candidatos desde hace dos años exactamente, cuando en octavo semestre (feb-may 2008) la materia de Unión Europea (una de mis favoritas de toda la carrera) generó en mí tanto amor y dudas por el continente que planeé escribir sobre el entonces aún no vigente Tratado de Lisboa. Hasta que el condenado entró en vigor en 2009 y tiró mi idea por la borda.

Luego quise hacerla sobre denominaciones de origen basándome en el particular caso de ciertos quesos que a mi consideración deberían poseer dicha protección jurídica pero carecen de ella, sin embargo el concepto (protección jurídica a ciertas comidas... ¡una tesis sobre quesos! WTF?) resultó ser demasiado bizarro y extravagante para lo acostumbrado en la Facultad de Derecho.

Finalmente pensé en algo sobre derechos de autor en materia internacional, pero no sabía exactamente qué escribir sobre ellos (o sea que al fin y al cabo seguía sin tema), y es un asunto tan pero tan complejo, que prefiero no tocarlo sino hasta que sea yo un chingonazo y mi palabra sea la ley (¡porque sigo siendo el rey!)... sin mencionar que indagar en algo así me tomaría años y a mí me urge titularme.

Shit, estaba perdido. ¿Sobre qué carajos hago mi tesis?

Pero hace como un mes, tuve una visión. En un foro de internet, estuve discutiendo con un tipito que aunque me cae en la punta del higado por mamón y egocéntrico, es muy brillante y me encanta debatir con él; la conversación iba más o menos así:
-Veggie: ¿algún día habrá un juego de Pokémon cuya historia no se desarrolle en Japón?
-Tipito: ya lo hay, en Diamond/Pearl la isla del norte está basada en Sakhalin, que está en Rusia.
-Veggie: sí, pero esa isla originalmente perteneció a Japón, la disputa sigue, y ellos todavía la consideran como suya, así que no cuenta.
-Tipito: sí, pero... (inicio de guerra entre él y yo)

Minutos después, mientras nuestra discusión seguía, un pensamiento me golpeó la cabeza; fue tan repentino que hasta me dolió el chingadazo:

"¡NO SEAS WEY! Piensa:
Pokémon + Japón = tema interesante;
Japón + Rusia + disputa = conflicto en derecho internacional; ergo
derecho internacional + tema interesante = NO SEAS PENDEJO, ÉSTE ES TU TEMA DE TESIS!"

Y así fue como di. Todo parecía taaaaaan obvio que no sé cómo es que no di con el tema antes, sobre todo porque el juego en cuestión apareció en 2006 y desde entonces tenia conocimiento de este conflicto entre Rusia y Japón.


Chale, hasta los perros* me hacen facepalm
por pasar por alto algo tan sencillo
 
Sin embargo, me pareció tan inusual la manera en que todo se dio que todavía tenía mis dudas.

Así que lo consulté con mi amiga Gisela, la única persona que es más freaky que yo (entre los dos podríamos ser una buena adición al elenco de The Big Bang Theory, me cai de móthers), y al contarle la historia del caso, mencioné entre  mis argumentos en favor de Japón a un grupo étnico que habita en ese lugar: los indios anui.
- ¡¿Qué dijiste?! ¿Los indios anui? ¿Apoco son de ahí? -me preguntó ella.
- ¿Sí, por qué? ¿Qué con ellos?
- ¿Que no te acuerdas? Son los que salen en Shaman King.
- ¿Ah sí? ¡Ah sí! LOL, no me acordaba... con razón me sonaba conocido el nombrecito.

Qué pinche mal fan soy... y eso que Shaman King es mi anime favorito. Pero hace tanto tiempo que no lo veo, que me había olvidado por completo del asunto.


Doublefacepalm ¬ ¬

En conclusión, Pokémon + Shaman King = Pure Win

Y aquí no acaban las buenas noticias. Ahora que comencé a echar motores, me enteré que el Seminario de Derecho Internacional de la Facultad pide como que las tesis de licenciatura midan como máximo 125 cuartillas... en letra Arial 12... a doble espacio... Así que...

En cuanto supe esta noticia no pude evitar gritar "¡¡Ya me vi! ¡Ya me vi!!" a la mitad de las Islas, loco de alegría (bueno, de todas formas, siempre he estado algo loco), mientras Gisela reía al ver que la gente cercana me miraba como al bicho raro que orgullosamente soy.

Y es que si a lo largo de mi carrera escribí tesinas (buenas tesinas) de 30-40 cuartillas en menos de una semana y en diciembre escribí un cuento de cuarentaitantas páginas en semana y media, 125 cuartillas a ese espaciado las puedo hacer en a lo mucho (ya contando investigación y demás) un mes y medio. La cosa es que en los referidos casos, siempre estuve trabajando a presión... presión de la que en el momento y circunstancias actuales carezco. Así que el reto, además de conseguir los veinte libros que el seminario pide, es encontrar algo que me presione lo suficiente para que me aplique en esto.
 
Lo más cercano que encuentro a tener algo que me presione (en momentos como estos extraño a mi vieja amiga Karen que siempre me decía "Ya ponte a trabajar, flojo" cuando me veía holgazanear) es imponerme una meta. Bien, la meta es terminar mi tesis antes de julio. ¿Por qué julio? Porque es la mitad del año, y quiero acabar antes de que termine la primera mitad de 2010; además, es mi cumpelaños, y qué mejor regalo que mi propia tesis.

¡Listo! Ya me aprobaron el tema, ahora sólo tengo que hacer mi proyecto de capitulado para que me den la luz verde. Espero poder terminarlo esta semana... aunque con esto de que con todo me distraigo (la semana pasada "investigando" para mi tema terminé aprendiendo a escribir katakana; y esta semana la he pasado leyendo sobre las teorías del fin del Universo -lo cual encima me tiene en un estado de paranoia indefinido-)...

Así que desénme suerte. De cualquier modo, por el simple hecho de haber leído esto, querido lector/visitante/wey que no tenía nada que hacer y cayó aquí por accidente, estás invitado a mi examen profesional y la fiesta que haré después de él.

Por cierto, ya que menciono mi examen, cuando lo haga quiero que suene esto como música de fondo:


¿Lo ven? De no ser tan freak habrían pasado años y yo seguiría sin tema de tesis.



*El perro de la foto es Lugh, alias Cookie, alias "pushupupupi muñumuñu", y pertenece a mi amiga Gaby. Imagen usada con la debida licencia. Todos los derechos reservados.

martes, 27 de abril de 2010

Drunkards singing in the dead of night

Luego de una amena tarde en el Messenger, su padre le llamó por teléfono para informarle que lo vería en una hora en la estación Indios Verdes de la línea 3 del metro de la Ciudad de México. El joven guardó una chamarra y una botella de agua en su mochila, tomó un sobre con $3,000 y se dirigió al lugar acordado. Padre e hijo llegaron al lugar con simultaneidad milimétrica; ambos irradiaban alegría en sus rostros.

¿El motivo? Paul McCartney viene a la ciudad a ofrecer un concierto en el Foro Sol, y al día siguiente, 16 de abril de 2010, se podrían a la venta los boletos. El muchacho, de nombre Jonathan, iría a la taquilla del Palacio de los Deportes para comprar las entradas, y su progenitor apenas pudo conseguir a tiempo el dinero para dos boletos, por ello es que se quedaron de ver ahí: para que le diera el dinero restante antes de su odisea. La razón de presentarse una noche antes es más que obvia:  hordas de rocanroleros se quedarian a pasar la noche para ser los primeros en comprar y tener buenos lugares. En un país como México, donde los artistas se paran una vez cada siglo, un recital representa una misa irrepetible en la vida, de ahí que el acceso a tales eventos sea tan peleado.

Así sucedió en 2002, en que Paul puso pie en el país por última vez; sucedió también con U2 en 2006 y apenas unas semanas atrás el mismo acontecimiento ocurrió cuando Metallica ofreció una tocada en la ciudad, por mencionar algunos ejemplos. Como ya dije, es parte del modus vivendi del público roquero. De los fanáticos.

Jonathan llegó a las taquillas del Palacio alrederedor de las 8 de la noche, y no le extrañó ver el lugar ya algo poblado. Unas cien personas, calculó él. Relativamente eran muy pocas, pues habrían 20 mil boletos disponibles (de un total de 50 mil; el resto se habían reservado para preventa dos días antes); cierto que además de la venta directa en taquilla, también existe la venta virtual, la telefónica y la venta directa en tiendas departamentales, todas corriendo simultáneamente, pero estos sistemas se atiborran con rapidez, razón por la cual es más seguro -y barato- en taquilla. Bajo estas circunstancias, estar entre los primeros cien, quizá doscientos de la fila, era una garantía de que para cuando llegara su turno en la ventanilla todavía habría boletos disponibles para la sección Naranja-A, la más cara que su padre y él habían podían pagar, y una especie de tradición familiar: cualquiera de los dos que hasta la fecha haya acudido a un concierto en el Foro Sol, siempre se sienta ahí; la vista es buena y la distancia aunque amplia, es bastante razonable para este tipo de eventos, en los que se requiere ver el escenario completo para disfrutar de la experiencia al máximo.

A partir de aquí, y con el afán de hacer este relato más personal, nos tomaremos la libertad de dejar que el propio Jonathan, en primera persona, nos narre su experiencia:

¡Chaaaaaale! Ahí me tenían, en el pinche frío de la noche wey. Después de un mes ultra-caluroso por culpa de la primavera, por fin el clima se había refrescado... por no decir que se pasó de lanza, yéndose hasta el otro extremo. ¡Hacía un frío de la chingada! ¡En una noche de primavera! Y mi pinche chamarrita de los Bitles (para ir con la ocasión, por supuesto... en realidad no, simplemente es la única chamarra que tengo) no calentaba mucho en esas circunstancias.

Afortunadamente, tenía con qué entretenerme: mi siempre fiel Nintendo DS. Llevaba varios cartuchos, pues reparé que llevar una tienda de campaña para dormir en la calle sería muy estorboso, y como permanecería todo el tiempo a la interperie, con $4,500 en los bolsillos, quedarme dormido no era una opción. Y qué mejor manera de distraerme que con un buen videojuego (seriously, me he amanecido jugando innumerables veces y siempre se me pasa como si fuera cosa de un ratito), de ahí que por si las moscas, llevé más de un juego en caso de que me aburriera. Prendí mi consolita y... ¡Zaz! ¡Zoom! ¡Muérete, hijo de la chingada! Aaaahh... hace mucho que no jugaba Mega Man ZX. Amo a Mega Man, no sé cómo pude estar tanto tiempo sin jugar esa marvilla. Dispara, corre, esquiva, ¡waaaahh!

(...5 minutos de onomatopeyas orgásmicas después)

El paso del tiempo me hizo los mandados, no así la temperatura local. Estoy tan pero taaan jodido que el antiguo Jonathan que puede estar a las 3 de la madrugada sin camisa y sin la menor pizca de sueño, comenzaba a sentirse agotado, y si no caí dormido fue precisamente por el frío tan cabrón que hacía en la cruel noche.

Me pareció muy divertido ver qué había gente que venía a costearse su boleto: por la calle deambulaban sujetos vendiendo tortas, atoles, sincronizadas y demás cosas para hacer negocio. Pero no lucían como vendedores ambulantes, no señor, eran chavitas con playeras de The Beatles y señores con gorras del mismo grupo. Se trataba de mortales como yo que se encontraban ahí no para lucrar, sino para comprar también boletos personales para el concierto y de paso desquitar el precio del boleto (que sí está bien manchado) al mismo tiempo que tenían algo en que entretenerse para aminorar la espera. En algunos casos era obvio que jamás en su vida habían practicado el comercio. "¡Mierda, ¿por qué no hice yo lo mismo?!"; pensé en las botellas de licor que hay en mi casa, con las cuales podría vender bebidas y hacer muuy buen dinero; lamentablemente, la idea llegó demasiado tarde.

Sin embargo, entre esta gente, vi a un sujeto muy chistoso, con una mochila que se parecía a las pistolas ectoplasmáticas de los Cazafantasmas (pistola/manguera incluida), cuya valija traía un letrero que decía:

"Ricos capuccinos
Natural
Vainilla
Moka
solo $8"

¡Café! ¡Ésa era la solución a mis problemas! Un disparo de cafeína para mantenerme despierto, una bebida caliente para quitarme el frío y una adicción saciada (tomo café de a madres) para entretenerme. El hombre de los cafés sería mi salvación. Pasé las siguientes dos o tres horas tomando capuccino tras capuccino (habré gastado unos $50 en la bebida), sin poder decidir cuál estaba más sabroso, si el de vainilla o el de moka. Mientras me decidía, seguí tomando sin pudor...

En una de ésas, el tipo, ya entrados en confianza después de tanta compra, me contó que iría a ver a Paul con su novia, que es la primera vez para ambos. "Allá atrás está formada ella, junto a nuestra camioneta... es la blanca que está por alla -dijo señalando a la distancia-. Para lo que gustes, compadre". Charlamos unos minutos más y el buen Hugo (ése era su nombre) se despidió para continuar con sus ventas.

De vuelta en la fila, los chavos que estaban adelante de mí venían en grupo, y estaban tan metidos en su propio desmadre que no parecían muy interesados en interactuar conmigo. Eventualmente les hice la plática y uno de ellos, quien se presentó como Giovanni, me ofreció un taco el cual me chingué como muertod'iambre. Platiqué un rato más con ellos, pero la conversación era tan local que no pude acoplarme a lo que sea que estuvieran platicando. Miré a mi alrededor y descubrí que aparentemente, yo era el unico sin compañía: aquélla sería una larga y solitaria noche...

¿O no?

Para mí enésimo capuccino, noté que mi vaso ya estaba algo puerco (para no desperdiciar vasos desechables, cada nuevo café que le compraba a Hugo me lo servía en el mismo contenedor) y pedí uno nuevo. Mi espontáneo amigo me informó que ya no tenía vasos y fue a su camioneta por más. Como los cafecitos tenían piquete (más un par de vodkas que Giovanni y los suyos me invitaron), para ese entonces ya andaba yo un poco mareadón y me dio la ansiedad. En ese estado, no pude quedarme quieto y en lugar de esperar a Hugo desde mi lugar en la fila, fui tras él.

Junto a su camioneta estacionada, su novia (que por cierto, no era nada fea) platicaba con dos hombres. Uno de ellos parecía rozar el medio siglo de edad, el otro aunque también maduro, no pasaría de los 35, quizá 40 años y llevaba una boina negra idéntica a la que yo también traía puesta en ese momento. El mayor estaba narrando su experiencia de cuando Paul vino en 1993, promoviendo su álbum Off The Ground. Dijo que Paul habló en español un poco y que las canciones de ese disco sonaban mejor en vivo que en el disco; luego reflexionó: "Es una lástima que no haya sido tan famoso el Off The Ground, me encantaría volver a escucharlo cantar 'Hope of Deliverance'", suspiró.

Hasta entonces, yo permanecí callado, escuchando el relato del hombre mientras Hugo preparaba mi café, pero ante la mención de aquel fresisisisísima placer culpable que para mí es esa rolita, decidí romper el silencio y unirme a la conversación: "Sí... es una lástima, yo tampoco creo que la cante". Y nadie me movió de ahí.

La novia de Hugo tenía una botellota (como de un galón) de vodka y varios empaques de jugo que indiscriminadamente servía a los que allí se encontraban. SIN COBRARLES UN CENTAVO. De modo que a partir de entonces la chica le arruinó el negociito a su pareja, pues comenzó a ofrecerme (repito: gratis, de cuates, sólo por estar en la bolita) de su vodka, haciendo innecesaria la compra de más cafés, y por lo que gasté, estoy casi seguro que al menos hasta ese momento, yo había sido el mejor cliente de Hugo (razón por la que él y su prole me aceptaron fácilmente).

Al lado de nosotros, dos chavos más o menos de mi edad afinaban unas guitarras y mi grupo también los invitó a unirse. Una vez que tuvieron sus instrumentos listos... ¡voilá! ¡Se hizo la música! Un grupo de borrachos se pusieron a interpretar canciones de los Beatles y de Paul McCartney bajo la luz de la luna, en una celebración improvisada. Mientras los dos muchachos tocaban, los dos señores y yo cantábamos como Dios nos dio a entender, y Hugo y su novia (y de paso todos los que estaban alrededor) miraban.

La mayoría de las canciones interpretadas salieron al natural, con cada quien cantando lo que se le hinchaba la gana. Hasta que salió Help! Uno de los dos señores (el de la boina) hizo la voz principal, el otro se quedó callado y yo hice los coros de fondo; fue todo espontáneo, nadie se puso de acuerdo para alternarnos, simplemente se me ocurrió al ver que el otro cantó la parte principal (lo que cualquiera haría). Luego, el que se quedó callado se unió a mi y ya con tres voces el resultado fue una armonía vocal muy bien organizada, tanto como la cancion original (la calidad de nuestras voces ya es otro asunto). Salió lo suficientemente bien para que la gente nos aplaudiera (me quedé esperando que nos dieran dinero...) y pidieran otra. ¡Y sopas! Quién sabe cómo carajos le hicimos, pero nos chutamos This Boy, y según mi borracha percepción, estuvo hermosa (habremos cantado horrible, pero definitivamente íbamos parejos); personalmente fue nuestro mejor número de la noche.

Aunque también estuvo Another Day (quizá mi canción favorita de la trayectoria post-Beatle de Macca), que fue como un orgasmo sonoro para mí. Y obviamente no faltó Hey Jude, aunque en guitarra acústica sonaba chistosa; me tomé la libertad de decir "Fuckin' hell!" como Lennon al final de la canción, en la misma parte que en la grabación (justo antes del clímax); aunque al igual que en el disco, en ese momento nadie se dio cuenta de mi maldición, todo el mundo cantaba "Naaa, naa, na, nanananá, nanananá, hey Jude!". Incluso el viejo se puso a imitar a Macca: "Ahora sólo las mujeres!", "Ahora los hombres", "Oh you sound so sweet tonight", "Ahora los putos"... y todos se callaron. Todos reímos y pasamos a la siguiente canción.

El resto del repertorio incluyó, si la memoria no me falla, Blackbird (y como el pajarraco, ahí estábamos cantando en la penumbra de la noche), All My Loving, Something (¡me derritoooo!), And I Love Her, Twist and Shout y Money; éstas ultimas nos salieron requetechidas (y en Money yo llevé la voz principal <3) y prendieron bastante el ambiente.

En algún momento se acabaron las canciones de los Beatles, por lo que preguntamos a nuestros guitarristas estrella qué otras cosas se sabían para seguir cantando. El resultado: "Pobre Soñador" del Tri (para entonces mi voz ya sonaba como la de Alex Lora), "De Música Ligera" de Soda Stereo, "El Son del Dolor" de la Cuca, varias de Caifanes y de Café Tacuba, y en general, todas las famosas de la "época de oro" del "rock en tu idioma" que sonaran hasta el hartazgo en la primera mitad de los noventa, manteniendo la amenidad del relajo que traíamos. Lamentablemente, no se echaron ninguna de Fobia (sniff, sniff...).

Cuando llegaron a Enrique Bunbury, que no me pasa, me fui a dar la vuelta (infaltable) un rato. Creo que me quedé tarareando un par de canciones de Bob Dylan, porque siempre cuando estoy borracho me sale la maña de "si puedo cantar 'Changing of the Guards' completa es que todavía estoy bien", y después de todas esas horas, necesitaba hacerme la prueba. Probablemente no pasé de la segunda estrofa...

Ya con menos alcohol en la sangre (gracias a que drené el tanque en un terrenito baldío a una cuadra de allí) volví con mis nuevos amigos. Todos dimos nuestros nombres, pero mi cerebro ya no podía más: en mis momentos de ebriedad puedo recordar cosas, pero no aprenderlas, de modo que jamás supe los nombres de quienes me acompañaban más allá de Hugo, quien se presentó cuando todavía nos encontrábamos en nuestros cabales. La plática, aunque ya más convencional, estuvo interesante. Al contarme sus experiencias sobre el terremoto del '85 o poseer un Atari2600 (cierto, yo sí lo jugué, pero como una reliquia, nunca lo tuve, es como si hoy pones a un chavito a jugar Super Nintendo: no es lo mismo que haberlo jugado en los 90's) me hicieron darme cuenta de que no estoy tan viejo como a veces creo. Cuando les dije que tengo 23 años, que no sé quién fue la Chiquitibum y que mi primer anime fue Remi me dijeron al unísono: "¡No mames, estás bien morro!". LOOL.

El cafetero y su novia se fueron a dormir a su camioneta, y los guitarristas sacaron sus sleeping bags para hacer lo mismo; yo me quedé a platicar con los dos señores hasta que el tema volvió a su origen: los bicles. Obviamente yo defendí a Harrison a morir, pero a partir de entonces los detalles del debate ya no los recuerdo, aunque no creo que hayan sido como para cambiarme la vida. Pero sin duda fue una de mis mejores charlas beatles que he tenido en mi vida (excepto cuando te me  alocas, twisted sis', of course!).

En un repentino momento de silencio, suspiré y miré a la avenida. Un tren del metro pasó velozmente. ¡Ya había amanecido!


viernes, 16 de abril de 2010

F.U.C.K.

Que OCESA chingue a su madre. Escribiría algo sobre lo que me aqueja, pero estoy demasiado furioso y triste como para hacerlo. En cuanto lo supere, cortaré cabezas y desollaré a los culpables. Porque sí me vengaré, pero no puedo, así que en lugar de eso lloraré.

viernes, 9 de abril de 2010

Blanco y negro

Qué buen nombre me cae de madres.

Ahí dice "Poketto Monsutta Burakku" y "Poketto Monsutta Howaitto" (Pocket Monster Black y Pocket Monster White en katakana). I'm loving it <3


Los dos anuncios que más feliz me harán durante este año, con tres días de diferencia. Ésta debe ser mi mejor semana en mucho tiempo.


*Una disculpa con mis lectores. Sé que este blog es sobre mí, no sobre productos. Juro que es la última vez que toco este tema, ya hasta yo estoy empezando a hartarme.

lunes, 5 de abril de 2010

MACCAAAAAA!!!

NOMAMESNOMAMESNOMAMESNOMAMESNOMAMESNOMAMESNOMAMESNOMAMESNOMAMESNOMAMESNOMAMESNOMAMESNOMAMESNOMAMES


Paul McCartney viene a México!!!
 
Quién me compra mi Wii, DS (de edición especial) y chorrrocientos de juegos? En la compra del paquete completo te llevas un riñón a mitad de precio!!
 
Necesito dinero!!!!!!!!

¿Cuánto dinero creen que haya dentro de este mueble?

jueves, 1 de abril de 2010

We're all individuals -I'm not!

Y ustedes, ¿cuántas veces se han chutado la miniserie Jesús de Nazareth y las cintas Ben-Hur y Los Diez Mandamientos que pasan caaaada año en la televisión abierta y que de tan vistas cada que las ponen hasta la imagen en pantalla se ve traslúcida, como si el rollo de película estuviera tan desgastado que poco le falta para desgarrarse por completo?

También tenemos La Última Tentación de Cristo, un must see de las décadas más recientes. David Bowie y Williem Defoe (quienes siempre he sostenido que guardan un extremo parecido físico) en una misma película es algo que nadie puede dejar pasar. Y finalmente, ya de nuestro tiempo está la versión gore de Mel Gibson, La Pasión del Cristo, que dicen (yo nunca la vi, era menor de edad cuando salió en el cine y no me dejaron entrar por mi cara de mocoso; quedé tan traumado que nunca volví a intentar verla por ningún medio) está bien-pero-bien buena. Pero incluso estos dos filmes están ya sobreexplotados en la televisión cuando se trata de programación televisiva para Semana Santa.

Por eso Juanito Banana les hace una mejor sugerencia para ver en esta semana santa: La Vida de Brian, de Monty Python.

Ciertamente ésta también es una película ya un poco choteada, pero no tanto como las que mencioné con anterioridad. Además ésta no es una película religiosa. Es una película de comedia.

Y por comedia no quiero decir "parodia de Cristo" (y si lo es, el cristianismo no es ni por asomo el tema central). Si bien el protagonista aquí también es una especie de mesías que muere por la humanidad (por no decir gracias a ella), ahí terminan las similitudes; los verdaderos blancos de esta sátira son las masas influenciables y lo estúpidos que suelen ser algunos supuestos grupos de oposición; ah, y también nos dice que los judios pueden ser unos pendejos. Y al disparar, la película acierta justo en el centro de la diana.

A grandes rasgos, la historia narra la vida de Brian Cohen, un judío que nació el mismo día y en el mismo "vecindario" que Chucho-Cristo, por lo cual en más de una ocasión es confundido con él (¡incluso por los reyes magos!). El pobre de Brian, harto de esta situación busca desafanarse de la vida mesiánica pero cada uno de sus intentos por desprenderse de Cristo lo inmersa más en un mar de marañas que aunque sí terminan distinguiéndolo de nuestro queridísimo Señor de los Cielos (me refiero a Jesús, no a ningún narco), lo convierten en un mártir por si mismo.

La película tiene referencias a Star Wars (comprendan, fue filmada en 1978, cuando Star Wars era lo más in), un Poncio Pilatos que habla como Elmer Fudd ("estowy de cacewía, voy twás wun wonejo") y uno de los nombres más divertidos del cine: Biggus Dickus. La narrativa maneja un estilo irreverente con situaciones absurdas (rayando a veces en el surrealismo) y humor negro que mucho remite a Los Simpsons y a South Park (siempre he pensado que estos dos programas son herederos de Monty Python). Una manera muy alternativa de testificar el milagro de la Pasión; la mejor manera de hecho, en mi opinión. Así que en estos días no pueden perdérsela;es una lástima que no la vayan a pasar en el Canal 5.

Sale pues, se cuidan. Y no coman carne roja hoy.


Y para cerrar el círculo, les comento que esta película, para ahorrar presupuesto, fue filmada en las mismas locaciones que la mencionada Jesús de Nazareth. Cosas de la vida.