martes, 17 de marzo de 2009

El Arcoiris Nocturno del Foro Sol

En uno de sus tantos momentos de egocentrismo, John Lennon declaró: “Yo no escribo ni canto canciones para la gente, escribo para mí, y si acaso, para Yoko a veces”. Por otro lado, Bob Dylan afirmó: “Por supuesto que pienso en mí público; de lo contrario, sólo cantaría canciones de Charley [sic] Patton”. Posturas contradictorias por completo; ¿cuál es la real? No lo sé. Si bien es cierto que el arte es una expresión personal y por ende el único individuo a quien el artista debe convencer y agradar es a sí mismo, por el otro, si quiere trascender, su obra debe impregnarse en el gusto del público, a lo cual debemos agregar que la música en particular es, no sólo un arte, sino también una industria en la que para tener acceso a una obra (léase álbum o concierto), la gente debe desembolsar una fuerte cantidad de dinero, convirtiéndose así en un mero contrato de compraventa o, en el caso de un concierto, en un contrato de prestación de servicios, y como tal, el espectador espera recibir una interpretación que le satisfaga en proporción a lo que pagó. Ahora que si este espectador pagó casi un millar de pesos por su entrada al recital, el show debe ser perfecto.
¿Realmente lo fue? No lo sé. La interpretación de Radiohead el domingo 15 de marzo en el Foro Sol fue simplemente maravillosa, pero cuando todo terminó, me quedé pasmado ante la ausencia de Karma Police, la canción más famosa del grupo (Creep no cuenta porque como todos sabemos, el propio Thom Yorke reniega de ella y la detesta con toda su alma), y una pieza infaltable en los setlist de sus actuaciones en directo. No es mi canción favorita del grupo, ni siquiera del OK Computer, pero ello no significa que no hiciera falta.
De un modo u otro, fue una noche excepcional, desde que a las 6 de la tarde me reuní con mi vieja amiga Alejandra, a quien no veía desde hace exactamente cuatro años (la vi por última vez en febrero de 2005). El camino fue bastante tranquilo para ser la víspera de un día festivo (el puente del 21 –en realidad 16– de marzo) y arribamos al Foro minutos antes de las 8 de la noche. En cuanto dio la hora en punto, las luces se oscurecieron y… ¡madre mía! Desconocía quién abriría el evento, y cuando le pregunté a mi acompañante, ella respondió con frialdad: “Kraftwerk”. Por la tranquilidad con que lo dijo, pensé que se trataba de una broma, pero al ver en el escenario cuatro pequeños teclados sobre unas bases bastante chistosas, características de la agrupación, supe que Alejandra no mentía. ¡Puta madre, Kraftwerk en México y yo ni enterado! Fui bastante afortunado al tener a la leyenda más grande de la música electrónica alemana interpretando para mí, simplemente no lo podía creer.
Para ser sincero, jamás había escuchado una canción que no fuera la archiconocida We are the Robots, pero estaba consciente del peso de los alemanes, y mi amiga me dio una pequeña reseña entre canción y canción. No lo sé, Kraftwerk se me hace mucha banda para ser considerada un simple telonero (su trayectoria es mucho más larga que la de Radiohead, y su trascendencia posee un nivel similar, si no es que superior), de manera que diré que más bien fueron dos conciertos en uno, sin telonero.
Kraftwerk interpretó en sus maquinitas rolas muy buenas, de entre las que puedo ahora identificar Tour de France, The Model y Man Machine, por ser las que más me gustaron. Para ser un neófito en estos sujetos, salí muy bien librado. Me encantó el espectáculo. Los tipos jamás se movieron del punto en el que cada uno se encontraba parado, pero los videos en pantalla eran simplemente hermosos. En Tour de France, imágenes del mencionado tour adornaban las pantallas, con tomas aéreas en las que el camino era recorrido por una línea roja, alternando con montaje de los ciclistas haciendo lo suyo (y con lo que me encanta pasear en bicicleta). The Model nos brindó bello pietaje de cintas europeas de mediados de siglo, a blanco y negro por supuesto. En otras canciones, rostros tridimensionales o animaciones computarizadas de robots bailando, palabras alemanas, francesas e inglesas invadían las pantallas. De lujo. La hora que su actuación duró se me pasó como agua y me dejó con un espléndido sabor de boca. Y fue apenas el comienzo.
Radiohead apareció a las 9:38 según indicaba el reloj de mi celular. Abrió con 15 Steps, la canción que también da inicio a su más reciente álbum, el aclamado (ciertamente más por su poémica forma de distribución que por su calidad artística, aunque también está impecable el disco) In Rainbows. Siendo ésta la gira promocional de dicho trabajo, comenzar tal como lo hace el disco fue algo muy acertado, pero aunque la canción es buena, me pareció que pudo haber iniciado con algo mejor. Como sea, la rola cumplió y todos brincamos de gusto; le siguió There There del Hail to the Thief: los tambores de esa canción en vivo suenan de poca madre, no pude evitar golpear mi pierna al ritmo de esta canción, y los coros… el primer punto alto de la noche.
Escuchar There There me hizo pensar que probablemente interpretarían 2+2=5 del mismo álbum. La esperaba con impaciencia, necesitaba gritar como desaforado “Payin’ attention, payin’ attention!” y desgañitarme de lo lindo. Lamentablemente, me quedé esperando.
Lucky del OK Computer fue quizás la más grande sorpresa de la noche para mí, dado que es mi canción no famosa favorita del grupo, por lo que no pensé que la fueran a tocar. Pero lo hicieron. “¡No mames!”, grité en cuanto reconocí los primeros acordes. Casi sentía las lágrimas correr por mis mejillas cuando Thom Yorke decía con irónica voz desamparada “I feel my luck could change”. Fue ese momento el que hizo mi noche.
Veamos… hubo muchos momentos conmovedores. En especial No Surprises y Fake Plastic Trees, las más cantadas junto con Paranoid Android. Juraría que el Foro Sol lloró con esas dos piezas, himnos noventeros para los desamparados y… y todo eso que Radiohead representa.
El lugar olía a mota. Tan solo enfrente de mí había una señora fumando churro tras churro, y la condenada nunca invitó, por lo que tuve que conformarme con respirar el humo que me llegaba. Junto a ella, una pareja besuqueándose y declarándose su amor en cada canción “sentimental”; sé que cada quien vive la música a su modo, pero, ¿alguna vez han puesto atención a las letras? Ninguna canción de Radiohead es para decirle a tu novia “te amo, mi vida” (para eso están Coldplay y Keane), pero igual, bien por ellos. Detrás de mí, un poser se ligó a dos muchachas de muy buen ver (porque como dice mi mejor amigo, en estos conciertos parece ser que las mejores pieles de la ciudad se reúnen como pieza infaltable de esta clase de eventos) presumiendo sus conocimientos sobre las canciones oscuras de Radiohead. ¡Bah! Yo también me sé Anyone can Play Guitar y Thinking About You del ignorado Pablo Honey y no presumo. De hecho me hubiera encantado escuchar estas dos canciones, la primera para gritar (ya que 2+2=5 brilló por su ausencia) y la segunda para recordar patéticamente a esas personas a quienes serví de escalón y hoy me han olvidado. O al menos para impresionar a las mismas chavas y sacarles algo.
Volviendo a la música, mis dos canciones favoritas del In Rainbows, All I Need y la casi jazzística House of Cards, estuvieron ahí; con la primera contacté a mi hermana para que la escuchara; musicalmente no es la gran cosa pero la letra es engañosamente genial, por lo que escuché la canción quieto y con una sonrisa en la boca. House of Cards la grabé en video (con mi chafísima celular, pero ahí está, para el recuerdo) y se convirtió, hace unos minutos, en mi primer video subido a youtube.

También estuvieron The Pyramid Song y la chingonsísima The National Anthem, que puso a Alejandra y a mí en una especie de trance típico de cualquier rave. Hacia el final de la noche, la cumbre del concierto llegó con Paranoid Android, que no paraban de pedir unos sujetos junto a mí. Seis minutotes de pura música fregona, y 50 mil cabrones cantando con un ímpetu que rivalizó con el del propio Yorke. Obviamente también quedó registrado en video el momento.
Cerraron con Everything in its Right Place y así, a las 11:48 de la noche, exactamente 2 horas y 10 minutos después de haber iniciado, los cinco músicos abandonaron el escenario. “Van a volver para tocar Karma Police y High and Dry”, comentamos Ale y yo. Pero ni madres, encendieron las luces y la música ambiental comenzó a sonar por las bocinas del Foro (como dato curioso, durante los 40 minutos que transcurrieron entre ambos actos, la música emitida era reggae, lo cual no deja de parecerme una elección bastante rara para un concierto de Kraftwerk y Radiohead). No vi mi cara como es obvio, pero supongo que mi expresión debió ser hilarante, a juzgar por los sentimientos que me invadieron en ese instante. “¡Qué poca madre, no tocaron Karma Police!”, repetía incesantemente como un mantra frustrado. Después de un par de minutos pude asimilarlo y sonreír ante la impactante actuación que ofrecieron. Salí satisfecho.
De camino a casa, Alejandra me dijo risueña: “Con la suerte que tenemos, no me sorprendería que mañana sí tocaran Karma Police”. Recordé 2006 y 2008, cuando U2 y Bob Dylan respectivamente, dieron dos conciertos en el DF; en ambos casos pude atender a las dos tocadas que cada uno ofreció y en ambos, me gustó mucho más el segundo concierto tanto en calidad interpretativa como en canciones ejecutadas, por lo que no pude evitar darle la razón a Alejandra. La noche siguiente, ella misma me mandó por celular el siguiente mensaje: “Te vas a morir. Tocaron karma police y creep hoy”. ¡¿Creep?! No jodas, si eso jamás lo hacen. Eso sí que fue mala suerte (¡¡¡CREEP!!! Siempre quise gritar el puente de esa canción a todo pulmón en un lugar que no sea mi casa), pero ya aprendí mi lección: si una leyenda de rock da más de un concierto en la ciudad, hay que ir al último, no al primero.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Mira Popper, solo te voy a decir esto una sola vez, eh! así que espero que me pongas atención por que no lo voy a repetir, ok?
Bueno, allá va, listo?
Ok, a continuación te diré que...
Si estas leyendo verdad?
Ponme atención caray!!
Bueno, ya, ahora si!
Mhhhh....
"Y que me importa U_U al fin que ni quería"

Anónimo dijo...

Que buena reseña!
Y carajo que envidia, ojalá aquí cerca vinieran músicos de esa talla. Joder, yo tengo que conformarme con mierdas como Capas de Durango (o creo que así se llama) y digo 'tengo que conformarme' por que siempre tocan aquí a unas calles de tu casa y es inevitable que la calabaza llegue a los oidos T__T

Ahí te dejo un comentario en el yutub

Anónimo dijo...

¡¡¡Sólo los fresas van a esos conciertos JOHN!!! POr eso habías chicos estúpidos perdiéndose los detalles en MaryJane y niñas de buen ver que se dejan impresionar fácilmente con tipos powsers típico si hubiera querido verlos hubiera sido en su buena época cuando no ahora que la gente y la generación es más vacía que una piñata después de fiesta de cumpleaños, así que no hay qye esforzarse para vender ni para crear, ya que nadie exije nada
En fin que bueno que te divertiste es lo importante jijji me agradó mucho tu reseña fue la ley :D es lo único bueno que salió de este concierto aunque varios deben de contradecirme ya que seguro varios consiguieron chava o chavo ese día jajaja BYe JOHN!!

Anónimo dijo...

Me alegro de haber ido contigo al concert....Aunque como buenos jinx que somos teníamos que atraer la mala suerte jaja.... fue un muy buen día