domingo, 7 de febrero de 2010

De muertes truncadas y eventos deportivos

El 17 de marzo de 2007, The Who tocaría en el Foro Sol como parte de la gira promocional de su álbum Endless Wire, y mi papá y yo, fans del grupo, teníamos nuestros boletitos listos desde semanas atrás. Sería una gran noche sin duda.

Excepto que unos días antes, Roger Daltrey, vocalista del grupo, declaró sentirse enfermo de la garganta y el concierto en la Ciudad de México se pospuso por tiempo indefinido. Con prontitud Daltrey se recuperó y la banda siguió su camino, de manera tan conveniente que hasta resultó bastante sospechosa (la tocada en México fue la unica "afectada" por la supuesta enfermedad del cantante). Comenzaron a surgir rumores concernientes a que la verdadera razón del incidente fue que los boletos no se habían agotado; peor aun, apenas se vendieron la mitad de las entradas, y por ello los músicos se ofendieron y ante una ganancia menor, decidieron cancelar su visita.

No fue la primera vez que ocurre algo así en este país ignorante: en 1992, las ventas para un par de conciertos de Bob Dylan resultaron fallidas y en 2001, Eric Clapton apenas llenó dos tercios del mismo recinto en que ahora se presentarían Los Jú. Y sin embargo, tanto Dylan como Clapton prosiguieron con sus recitales y complacieron a los fieles asistentes (bueno, más o menos en el caso de Dylan, pero me consta que Clapton sí rifó y fue ovacionado) independientemente de la cantidad de asientos llenos o vacíos.

Con estos antecedentes, los fans mexicanos nos mantuvimos crédulos y leales: "¡NO! No harían eso a sus seguidores mexicanos. ¡Ocesa y Ticketmaster prometieron que regresarán!".

La gira terminó, los venerables músicos se retiraron a sus casas a contar los billetes ganados y el nombre de México nunca más volvió a ser pronunciado por el legendario cuarteto-trío-dueto. Eventualmente Ticketmaster tuvo que anunciar que en efecto, ya no volverían a nuestra tierra y procedió a reembolsar el dinero de los boletos. Con mucha tristeza, entregué mis preciados boletos; yo quería conservarlos de recuerdo pero mi papá necesitaba el dinero porque...

El 17 de marzo de 2007, mi debilitado cuerpo no soportó más los malos tratos que durante los últimos ocho meses le había dado y se colapsó. Por poco y no la libro, esa noche y la siguiente fueron las peores de toda mi vida. La cuenta de hospital fue, como era de esperarse, bastante elevada; por ello es que cada peso contaba y mi padre no dudó en exigir su reembolso por el concierto cancelado de The Who en cuanto se puso en marcha esta acción.

Esto me pone a pensar... En una realidad alterna en la que sí se efectuó el concierto, probablemente comencé a sentirme mal a la mitad de la tocada. Pero habría fingido encontrarme bien para no preocupar a mi papá; no permitiría que no presenciáramos completa la actuacion de nuestros ídolos. Me aferraría con todas mis fuerzas y si eventalmente los síntomas aparecían sin control, lucharía contra la precoupación de mi padre: "No te preocupes pa, sólo estoy sangrando". Converncerlo de que me encontraba bien.

Pero sin atención medica, en el frío de la noche y con el ajetreo de un concierto (en lugar del tranquilo reposo que una cama tibia ofrece), seguramente no hubiese soportado tales circunstancias y finalmente hubiera expirado. Morir al grito de "Then I'll get on my knees and pray... WE DON'T GET FOOLED AGAIN!!"... No, mejor durante el climax de "Baba O'Riley", mi canción favorita, justo al final de la pieza, cuando la música se acelera, se acelera, se acelera, y luego se detiene de golpe. Caer inerte justo en ese momento: alcanzar el final de mi vida en cuanto la música encontrase su propio final. Qué buena muerte, carajo. Nada mal para alguien que se caracterizó por su impulsividad casi suicida.

¡Pero nel! Gracias a los mariquitas, ególatras y capitalistas Pete Townshend y Roger Daltrey, mi muerte roquera no se llevó a cabo. En lugar de eso, pasé la más horrible noche de mi vida y fui sometido a un confinamiento que no le deseo ni a mi peor enemigo (que ahora que lo pienso, no tengo enemigos). ¡Los odio, The Who!

Desde entonces odio con odio jarocho a esos dos, y no he vuelto a escuchar el mentado Endless Wire a pesar de que no está nada mal (aunque por supuesto, sólo odio a los ancianos empresarios; sigo amando a los rebeldes detrás de "Boris the Spider" y "The Seeker" y jamás dejaré de escuchar piezas como aquéllas). Por mí que se pudran en estiércol.

Eventualmente tendría mi compensación: un año depsués, papi Dylan tocó en el Auditorio Nacional y esta vez no lo dejé escapar. Estuvo bien bueno. Sólo por él valió la pena haber sobrevivido a la noche del concierto cancelado.

Y ahora... esta noche es el Super Bowl número... no me acuerdo cuántos van, creo que es el cuarenta y tantos. El caso es que el espectáculo de medio tiempo consistirá en... sí, así es, ¡The Who! ¿Ha llegado la hora de perdonarlos? Supongo que sí, han pasado ya casi tres años desde entonces y guardar rencores nunca ha sido lo mío. Además ellos compusieron y grabaron "Behind Blue Eyes", no podría no perdonar a genios como esos. Siempre y cuando el show sea satisfactorio, porque si salen con una mamada...

Están advertidos.

3 comentarios:

Charro Negro dijo...

Estoy seguro que esa cancelacion no se hubiera dado en Europa, claro, ahi los boletos si se hubieran vendido completamenta y esto tan bien seguro que el boleto mas caro seria la mitad de lo que costaban en México (sin conocer los costos) pero como Ticketmaster y Ocesa controlan todo el pastel de Espectaculos en México pueden hacer y poner precios a diestra y siniestra.
Un boleto para ver a Dylan en Chicago no costaba mas de 70dlls en un lugar para 2000 personas, aqui el mas barato creo que era de 1500 pesos.
Que Thewho no haya sido Metallica y abarrotara localidades para dar un concierto con un costo de mas de 10 millones de pesos (si Heroes del Silencio por concierto costo 7 melones) es en parte por nuestra mediocridad cultural.
No los culpo por cancelar, ellos hubieran cobrado igual por presentarse ante 1000 que 50000 personas pero pagar todo el Staff y no tener utilidad porque Ticketmaster y OCESA no supieron vender boletos a buenos precios, que se le hace!
Si los grupos tocaran por amor al Arte no cobraran...y no comieran, jajaja.
Saludos Juanin!!!
YA EMPEZOOO EL SUPERBOWLLL AHHHHHHHHHHHHHHHHHH le voy a los SANTOSS!!!!
HUUUUUUUUUU por los negretos bluseros!!! ahi nomas!!!
Saludos!!!

Jaime dijo...

En estos momentos está mi hermano menor (un niño nais aficionado al soccer) viendo el Super Bowl y tratando de entenderle, discimulando que le gusta, claro que no le gusta, pero el pobre es víctima de la publicidad, y seguramente se sentirá culpable si se lo pierde...

bueno, al momento de escriir lo anterior ya se fué, y ya apagué la tele :D

The retro girl dijo...

Y se fué su show sin pena ni gloria...

Como tú dijiste, los abuelos ya no destrozan el escenario.

Como yo dije, no es lo mismo los tres mosqueteros que cuarenta años despúes.

Como todos dijeron, buen show... pero nada más.

Como mi inconsciente consciente dijo: a mí también me gustaría tener un final así.