martes, 11 de agosto de 2009

Mi último primer día

Entré a la Facultad de Derecho de la UNAM el 17 de agosto de 2004, un muy curioso martes. Me presenté a las 11 de la mañana; a esa hora nos citaron para tomarnos la foto de la credencial (que entregaron menos de cinco minutos después), pero mis clases comenzarían hasta las 3 de la tarde. De modo que me fui a pasear durante mi tiempo libre. Crucé ese gigantesco patio que son las Islas y llegué a un nuevo edificio, sin separación física (una barda o un enrejado, por ejemplo) alguna, que delimitara fronteras, por lo que pensé "Wow, esta facultad sí que es enorme".

En algún momento u otro me topé con un letrero que me informó que ya había dejado la Facultad de Derecho hacía largo tiempo: en realidad me encontraba en Ingeniería. Tal incidente me provocó gracia y me senté a escribir, para finalmente llegar a la conclusión de que mi Facultad es de verdad muy reducida, limitándose al edificio por el que había entrado varias horas atrás.

La noche de ese mismo día, una muchacha se acercó a platicar conmigo, cambiando mi vida para siempre. Aún resiento (más o menos) esa noche...

Eso fue un martes. Igual que hoy.

Mi clase de derecho marítimo (clase por la que pasaré unos meses más en CU como ya expliqué en una entrada anterior) es los martes y jueves, a las 11 de la mañana. Así que, como hace cinco años, mi primer día del semestre fue un martes. Vaya cosas...

Nostalgia aparte, puedo decir que fue un día muy agradable. El ambiente de la mañana no es tan diferente al de la tarde, a pesar de todas las advertencias que me habían dado. La única diferencia es que ahora salgo a plena luz del día y el camino de regreso es más rápido que en la noche; a cambio, el camino de ida es un poco más pesado, pero nada que un buen libro o mi Game Boy no puedan soportar.

Como mencioné previamente, no fui el único tarado que reprobó derecho marítimo. Mas tal parece que la mayoría se rajó a quedarse otro semestre estudiando e hicieron sus extras, ya que fueron realmente pocos los rostros conocidos que encontré hoy en mi salón de clases. Eso o los muy idiotas volvieron a inscribirse con la vieja loca del semestre pasado. Pero sé que no son idiotas.

A quién sí vi en mi salón fue a Alejandro. Agradezco a la vida (que me ha dado tanto...) que mi mejor amigo de estos cinco años haya reprobado también, pues juntos la clase de hoy fue muy amena. No parábamos de reir ante la situación de que todos nuestros contemporáneos ya terminaron su licenciatura y nosotros -pinches huevones- no. Ese wey es la onda.

Finalizando la clase, él fue al Centro a recoger un traje que encargó, mientras yo fui a dar la vuelta un rato. Otra vez crucé las Islas. El lugar estaba hecho una fiesta: gente bailando, mesas de ping pong... Presencié el panorama unos minutos, contagiándome de la alegría que rondaba en el aire. La campaña Verano del Ocio (o algo así) que instauró la UNAM realmente sirvió como genial bienvenida para áquellos que esta semana se inauguran como estudiantes universitarios. Ya hubiera querido yo algo así hace cinco años...

Seguí mi camino y una vez más me encontré en Ingeniería. Me senté en el mismo pasillo (junto a la biblioteca) donde lo hiciera en el verano de 2004, y descansé unos momentos. A pesar de que desde entonces no había puesto un pie en dicho lugar, apenas puse un pie en el edificio, lo identifiqué como si hubiera estado allí hace un par de semanas. Mi mente hoy está más tranquila que nunca en tanto tiempo, ahora que ella se ha graduado y ya no está. Sí, hoy fue un día muy feliz.

Y vaya coincidencias, el destino o la vida han de quererme mucho, porque para recordarme que estoy recursando derecho marítimo, me puso en la estación del metro Copilco al siguiente exhibición:


Finalmente, sólo me queda, como veterano que soy (dirás fósil, ¡pinche recursador!), dar la bienvenida a todos los que vuelven a CU, y claro, también a los que más que volver, inician su trayectoria en la llamada máxima casa de estudios (¿y el cursi no vino?), a quienes además felicito por su ingreso.

Amén.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Con todo respeto, que hueva leerte.

Anónimo dijo...

¿Eres un tipo peludo, chaparro y antisocial en extremo?

Si es así, te recomiendoque dejes de escribir y mejor siguas dibujando muñecos suicidas y ahorcados.

Atentamente

Jaime (el porta!) dijo...

LOL ¿Qué onda con los anónimos?

Bueno,es una desventaja de la modernización, ahora cualquier personilla puede manejar una computadora cuando antes solo se conformaban con ir a las marchas de candidatos políticos... bueno, como se dice en el argot de internet Don't Feed the troll!!

Y pues felíz regreso a clases, y vaya coincidencia, uno de los mejores compas que he tenido y que también está en la misma situación que yo (y que tú, lol) también se llama Alejandro, aunque le decimos de otro modo...

Saludos mi buen Vegetal! Por cierto ya tengo Wii, luego me pasas tu Fuckin' Code para mandarte Mii's y esas joterías XD

The retro girl dijo...

gracias x lo de alumnos de nuevo ingreso!!!

Bienvenido de nuevo, espero q este semestre lo disfrutes muchísimo más!!

Por cierto...

No te desanimes!! tu blogg es genial, tienes más seguidores de los q yo pudiera soñar!!! Eso es algo positivo.

Y pa terminar:

Con todo respeto, que HUEVA leer los anónimos.