lunes, 24 de agosto de 2009

Sólo un solitario

Lamentablemente la gran mayoría de las personas que no vivieron su juventud en los años 50's o 60's lo único conocen de Roy Orbison es la canción "Oh, Pretty Woman", aparecida en la castrosamente cursi película Pretty Woman de 1990, protagonizada por la inefable Julia Roberts; razón por la cual justificaría que mis contemporáneos detesten la cancioncita y con ella en mente se nieguen a escuchar más de este señor.

Empero, el que dicha conducta sea justificable no significa que sea buena. Porque se están perdiendo de mucho estas personas. Actualmente, todos asociamos a Orbison con esa canción, pero hasta antes de la mencionada cinta, ni siquiera era su rola más famosa. Tal honor muy probablemente vaya para "Only the Lonely".


Si algo tienen en común estas dos canciones es que sutilmente van más allá del tópico amoroso para caer en los (en aquellos tiempos) desconocidos temas de la soledad personal y la vulnerabilidad que ella provoca; quizá por ello siempre se ocultaba tras unas gruesas y oscuras gafas que hacían de su mirada un completo misterio. En Only the Lonely, el cantante se muestra como un outsider que hace un llamado a la gente solitaria, argumentando que sólo ellos podrían comprenderlo: "Only the lonely know the way I feel tonight/Only the lonely know this feeling ain't right". En Oh, Pretty Woman, el personaje de la canción expresa sentirse solo, y considera que, a juzgar por la apariencia de la bella mujer, ella podría, a pesar de su belleza, sentirse sola también, y es ésa precisamente la razón que lo hace sentirse atraído por ella: "Are you lonely, just like me?", le pregunta tímidamente.

Vaya drama el que Roy compuso cuando en realidad, la historia detrás de la canción es mas bien frívola: el cantante se encontraba en Nashville con su amigo y colaborador, Bill Dees, platicando. La conversación fue interrumpida por su mujer, Claudette, para avisar que saldría a dar la vuelta; el atento marido le preguntó si llevaba dinero, y antes de que pudiera responder, Dees exclamó: "Una mujer bonita nunca necesita dinero". La frase "pretty woman" le gustó y de ahí salió la composición.

La verdadera Voz
Y con qué sentimiento cantaba además. Su voz era, se los juro por la virgencita santa, más potente que la de cualquier cantante (menos Freddie Mercury: él está más allá del bien y del mal) que se puedan imaginar. Bono, Robert Plant, Roger Daltrey, James Hetfield, David Bowie... incluso sus contemporáneos Elvis Presley y Frank Sinatra la hecían los mandados a la hora de echarse sus gorgoritos. Y ya que mencionamos al llamado rey del rock, les diré que el propio Elvis lo consideraba la mejor voz de su época. Sin mencionar que, a diferencia del rey, Roy componía su propio material y hasta tocaba la guitarra muy bien (escúchese si no, los licks que el maestro nos regala en canciones como "Ooby Dooby" o "Mean Woman Blues"), a pesar de que sus canciones vez contenían solos.

¿No que no soy sexy?

Cuenta Paul McCartney que "Please, Please Me", la primera canción de los Beatles que tuvo éxito, fue inspirada por Roy Orbison, y dice también la leyenda que en alguna gira por Inglaterra, él fue telonero de los Beatles; abrió su show y cuando los fab four salieron al escenario, los fans (y estamos hablando de los fans británicos ardientes de Beatlemanía en 1963) comenzaron a gritar "We want Roy!!" El hombre regresó para un encore y costó bastante trabajo poder sacarlo del escenario, mientras los Beatles contemplaban lo que sucedía totalmente atónitos, desde el backstage hasta que finalmente, los mismos Lennon y McCcartney lo jalaron de los brazos para evitar que volviera al escenario, después de ¡catorce encores! Al año siguiente, en América, los cuatro de Liverpool fueron teloneros de Roy Orbison (lo cual los salvaba de preocuparse por que Roy se extendiera en sus actuaciones).

Prueba irrefutable de su influencia sobre los Beatles

Roy Orbison es, les guste o no, una gran influencia para la música contempóranea. Podríamos encasillarlo en el género de las baladas, pero lo cierto es que hasta el rudote del Jefe Springsteen lo idolatra y le rinde homenajes cada que puede. Incluso aceptó gustosamente someterse a ser un simple músico de acompañamiento en el concierto especial A Black and White Night (1987), en el que además de Bruce, se ponen a la orden del señor de las gafas oscuras personalidades de la talla de k.d. lang, Tom Waits y Elvis Costello, por mencionar a algunos. Por cierto que ese concierto no tiene madre, juro que si me lo piden, les regalo una copia del DVD.

En el mismo tenor, Bob Dylan decía al respecto: "Con Roy Orbison no sabes si estás escuchando mariachi u opera. Cantaba como un criminal profesional... su voz era tan grande que podía contener un cadáver, siempre dejándote murmurando: '¡No lo puedo creer!'". Lo cual me recuerda, lo último que hizo el buen Roy fue compartir grupo con Dylan y el Beatle Harrison en la banda The Traveling Wilburys, en cuyo álbum debut cantó la gigantesca balada Not Alone Anymore. Sí, otra vez la soledad.

El camino hacia las (melancólicas) mieles de la fama
Originario de Vernon, Texas, Roy Kelton Orbison (nacido el 23 de abril de 1936) vivió una infancia más o menos dura: un accidente de trabajo de su papá envió a su familia al pueblo de Wink, que Orbison describiría más tarde como un lugar triste y desolado. Sus ojos fueron atacados por la ictericia, enfermedad que dio a sus un color amarillento lo cual, en adición a su extrema miopía, le ató de por vida a un par de enormes y gruesas gafas. Esta situación lo volvió un niño inseguro y molesto con su apariencia.

El pequeñuelo se inició en la música a los 6 años cuando su padre le regaló su primera guitarra. Influenciado por la música country, el niño se echó a cantar como pudo. Durante la década de los 40's, el niño prodigio consiguió algunas actuaciones para una estación local de radio y terminó teniendo su propio programa.

Ya en la adolescencia, Roy y sus amigos fundaron The Wink Wenkerners, agrupación que se limitaba a tocar standards de country y nada más. A este intento le siguieron los Teen Kings, en el que Roy y compañía incursionaron en el rythm & blues y el rock and roll, en un intento por emular al rey Elvis.

A diferencia de su primer grupo, los Teen Kings gozaron de cierto éxito y consiguieron grabar, de manera casera, la canción Ooby Dooby. En un encuentro con Johnny Cash, el hombre de negro le sugirió probar suerte en los estudios Sun donde el legendario Sam Philips había producido a los propios Presley y Cash. Y para su fortura, a Philips le agradó Ooby Dooby y regrabó la canción con mejor calidad de sonido y la envió a las estaciones radiofónicas con la publicidad debida.

En vías de grabar un álbum tras el inesperado éxito Ooby Dooby y los sencillos que le siguieron, los Teen Kings se separaron y Roy Orbison se quedó solo. Buscó dedicarse a la composición exclusivamente y escribió la canción "Claudette" (inspirada por su esposa obviamente), la cual fue rechazada por el mismísimo Elvis Presley. La canción terminó siendo grabada por los Everly Brothers y fue arrumbada en un lado B.

Decepcionado de su mala fortuna en Sun, el novel músico abandonó la casa discográfica y probó suerte en RCA, donde no consiguió ser firmado. Acabó en la disquera Monument Records; en ella grabó temas como "Paper Boy" y "Pretty One", sin éxito alguno. Hasta que conoció en esa empresa a Joe Melson, con quien comenzaría a trabajar en conjunto. La dupla produjo "Uptown" y las cosas comenzarían a mejorar a partir de este punto.

Ya en 1960, luego de un arduo trabajo, la pareja Orbison/Melson consiguió escribir "Only the Lonely". Ofrecieron la pieza a Elvis y a los Everly Brothers de nuevo, y ninguno la aceptó. Así que Orbison se animó a grabarla él mismo. La canción era exigente en el apartado vocal, pero Roy se la rifó con un memorable falsetto, elemento poco usado en el rock hasta entonces. ¿El resultado? ¡El éxito!

Después de eso, Roy grabó su propia versión de Claudette y de ahí en adelante, todos los sencillos que lanzaba fueron éxitos seguros. "Runnin' Scared", "In Dreams" (otra clásica), "Crying", "Leah", y finalmente, la hoy célebre Oh, Pretty Woman en 1964, marcando el pináculo de su carrera.

Cuesta abajo
Sin embargo, a pesar de todo esto, el mito de Elvis y la exorbitante fama de los Beatles terminaron por opacar a Roy quien, después de una muy fructífera carrera entre los años de 1960 a 1964, se estancó ante las innumerables tragedias que lo asediaron.

Para esos tiempos, Orbison comenzó a tener problemas con Claudette que los llevaron al divorcio en noviembre de 1964; para el siguiente año se reconciliaron pero en 1966, un accidente en motocicleta la mató el 6 de junio (6-6-66, cosa curiosa).

De vuelta al trabajo, Orbison filmó la película The Fastest Guitar Alive, que fue un fracaso rotundo. Posteriormente, un incendio dejó a Orbison sin hijos.

Roy no sólo perdió a su familia, sino también su creatividad: sus siguientes trabajos se limitaron a hacer covers que fallaron y terminaron por hundir a Roy Orbison quien en plena época psicodélica no tenía ya nada que ofrecer. Así, quedó convertido en un completo desconocido para la década de los 70's, a pesar de que durante dicho decenio (3 palabras seguidas con D... ¿dónde he leído eso antes?) artistas como Bruce Springsteen y Emmilou Harris grabaron composiciones suyas con respetable éxito.

Muerte y resurrección... o al revés
Después de un largo periodo de oscurantismo, en 1987, el director David Lynch utilizó la canción In Dreams (Orbison se negó insistentemente, pero Lynch no hizo caso de todos modos) en su película Blue Velvet. En ella, la canción, más que un mero fondo musical, es verdadero motiff al ser el objeto de la obsesión de uno de los personajes, el villano Frank Booth (Dennis Hopper) quien en una de las escenas cumbres, da una golpiza al protagonista mientras la canción se repite incesantemente.

Esta escena (ciertamente no fue cualquier escena, considerando el culto que se creó alrededor de la cinta) fue suficiente para poner la canción en las mentes del mundo de nuevo, haciendo renacer la carrera de Roy. Orbison fue inducido al Salón de la Fama del Rock and Roll por Bruce Springsteen y se organizó el famoso concierto Black and White Night del que ya les hablé.

Entre tanto reconocimiento público, el cantante supo que era momento de volver. En 1988 se metió al estudio de grabación para concebir su gran álbum de retorno, de la mano del ex-líder de Electric Light Orchestra, Jeff Lyne, como productor. Durante un receso en las grabaciones, George Harrison (quien también estaba reviviendo su carrera en ese periodo) pidió a Jeff Lyne que le ayudara con una canción que estaba escribiendo, y ante el compromiso de Jeff con Roy, George lo invitó a que se uniera y cantara en la canción. Después se unieron Tom Petty y Bob Dylan y así, fruto de la casualidad, nacieron los Traveling Wilburys.

¡Los compas pesados!

El nuevo grupo debutó con el album Volume 1 que fue aclamado universalmente y el video de "Handle with Care" se transmitía por todos lados. La canción, contrario a lo que Orbison nos tenía acostumbrados, era bastante alegre. Roy continuó, bajo el mismo tenor, las grabaciones de su propio álbum: nada de canciones de amor desolado. Para ello, don Roy (ahora con 52 años) se hizo de colaboradores que le echaran la mano en las letras. Ni más ni menos que Bono, Tom Petty y Elvis Costello fueron quienes se sumaron al llamado para contribuir al retorno del rey. El álbum quedó listo en noviembre de 1988 y se acordó que aparecería el próximo año, para no competir con su otro disco en tiendas (el de los Wilburys).

Y así, días antes de que el video para "End of the Line" de los Traveling Wilburys comenzara sus grabaciones, Roy Orbison murió de un paro cardiaco el 6 de diciembre de 1988. Cuando Mistery Girl apareció (el 7 de febrero de 1989), las ventas fueron estratosféricas, llegando a los primeros lugares de popularidad. Volume 1 y Mystery Girl coincidieron en el Top5 de Billboard, logrando así Roy Orbison ser el primer artista desde Elvis Presley en tener dos álbumes póstumos en el Top5 simultáneamente.

Algo que me llama mucho la atención es el hecho de que durante su estancia en los Traveling Wilburys, todos los músicos utilizaron un pseudónimo. El de Roy Orbison fue Lefty Wilbury. "Lefty" quiere decir zurdo, pero left es también la forma pretérita y el participio del verbo "leave", cuya traducción podríamos asentar como "dejar", "abandonar" o "irse". De ese modo, Lefty Wilbury fue el Wilbury que se nos fue, el que nos dejó, como si Roy supiera que sus días estaban contados...

It's Over
Y así como vino, Roy Orbison desapareció: repentina pero sigilosamente. No más hombre solitario, no más amores abandonados. Sin Roy Orbison, una parte de los más profundos sentimientos de la música ha desaparecido. Los solitarios nos hemos vuelto a quedar solos.

3 comentarios:

Charro Negro dijo...

Muy buena y bonita labor informativa de toda una vida.
Por cierto, como disfruto ese disco de los Wilburys.
PD: Ayer mismo pense en Roy mientras escuchaba a Antony And The Johnsons, que aunque no es el mismo timbre, tiene esa sensibilidad perfecta.
Ahh que cosas!
SALUDOS

The retro girl dijo...

chale!!!

me cachis!!!

chanfle!!!

XD

y todos los adjetivos y exclamaciones que quieras...

me ganaste a Roy.... :(

(eso me pasa por hacerle caso a Madonna pidiéndome que escribiera algo sobre ella)

pero bueno, opinaré sobre este ilustre hombre de voz sepsi:

Qué puedo decir que no hayan comentado ya... Roy es Roy. Y es una de las mejores voces que hayan existido.

La foto con Paul está genial!
la influencia..la influencia...

Me encantó el artículo, larga vida al eterno enamorado de la mujer bonita.

Alycristango dijo...

Hola!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Muy buen artículo sobre Orbison...simplemente un pequeño apunte, lo de "Lefty Wilbury" es en homenaje a uno de sus cantantes favoritos de todos los tiempos Lefty Frizzel.
Saludos!!!!!!!!!!!!